Читать онлайн книгу "Arena Dos"

Arena Dos
Morgan Rice


TrilogГ­a De Supervivencia #2
Adictivo.. ARENA UNO, es uno de esos libros que lees en la noche hasta que ves bizco porque no quieres soltarlo. –The Dallas ExaminerDe la autora número uno en ventas, Morgan Rice, llega el Libro Dos de LA TRILOGÍA DE SUPERVIVENCIA, una trilogía de ficción distópica. Habiendo escapado de la isla traicionera que una vez fue Manhattan, Brooke, Ben, Logan, Bree y Rose van por el Río Hudson en una lancha robada, con poco combustible, poca comida y necesitando desesperadamente refugiarse del frío. Pisando sus talones van los tratantes de esclavos, que no se detendrán por nada hasta capturarlos y llevarlos de regreso. A medida que se abren camino río arriba en este thriller post apocalíptico lleno de acción, en su camino para tratar de encontrar la mítica ciudad de Canadá, tendrá que utilizar todas sus habilidades e ingenio y de supervivencia, para mantenerse con vida. En el camino se encontrarán con los supervivientes enloquecidos, bandas errantes de depredadores, caníbales, animales salvajes, un páramo desolado y una tormenta de nieve imparable. Ellos sufren lesiones, enferman, y el Hudson se congela y hacen todo lo posible para salvar lo que pueden y evitar la persecución de los tratantes de esclavos. Ellos encuentran una pequeña isla y piensan que han encontrado un respiro, hasta que los acontecimientos no les favorecen. No es hasta que se suben a un misterioso tren a sin rumbo, que encuentran que las cosas siempre pueden empeorar. En el camino, los sentimientos de Brooke por Logan se intensifican, así como sus sentimientos hacia Ben. Indecisa entre estos dos jóvenes, atrapada entre sus celos, no está segura de sus sentimientos – hasta que los sucesos eligen por ella. Al encontrarse arrojados de nuevo en una Arena, se sorprenden al descubrir que la Arena Dos es aún peor. Lanzados a una etapa de lucha bárbara, equipados con armas, enfrentados a otros adolescentes y en contra de ellos mismos, Brooke y los demás se verán obligados a elegir lo que es importante y a hacer los sacrificios más difíciles de sus vidas. Porque en Arena Dos, nadie sobrevive. Jamás. "Llamó mi atención desde el principio y no lo solté. La historia es una aventura sorprendente, de ritmo rápido y llena de acción desde el principio. No hay un momento aburrido". –Paranormal Romance Guild {acerca de Turned}





Morgan Rice

ARENA TWO




ALGUNAS OPINIONES ACERCA DE LAS OBRAS DE MORGAN RICE

“Me llamó la atención desde el principio y no dejé de leerlo… Esta historia es una aventura increíble, de ritmo rápido y llena de acción desde su inicio.  No hay un momento aburrido”.

–-Paranormal Romance Guild {con respecto a Turned}



“Tiene una trama estupenda y este libro en especial es de los que le costará trabajo dejar de leer en la noche.  El final en suspenso es tan espectacular, que inmediatamente querrá comprar el siguiente libro, solamente para ver qué sigue”.

–-The Dallas Examiner {referente a Loved}



“Es un libro equiparable a Twilight y The Vampire Diaries, (Diario de un Vampiro), y hará que quiera seguir leyendo ¡hasta la última página! Si le gusta la aventura, el amor y los vampiros, ¡este libro es para usted!”.

–-vampirebooksite.com {con respecto a Turned}



"Es una historia ideal para los lectores jГіvenes. Morgan Rice hizo un buen trabajo dando un giro interesante a lo que pudo haber sido un tГ­pico cuento de vampiros. Innovador y singular, tiene los elementos clГЎsicos que se encuentran en muchas historias paranormales para adultos jГіvenes".

–-Reseña de The Romance {referente a Turned}



"Rice hace un gran trabajo para captar su atención desde el principio, al utilizar una gran calidad descriptiva que va más allá de la simple descripción de la ambientación… Bien escrito y sumamente rápido de leer, es un buen comienzo para una nueva serie sobre vampiros, que seguramente será un éxito entre los lectores que buscan una historia ligera, pero entretenida".

–-Reseña de Black Lagoon {respecto a Turned}



“Lleno de acción, romance, aventura y suspenso. Este libro es una maravillosa adición a esta saga y lo dejará deseando más de Morgan Rice".

–-vampirebooksite.com {respecto a Loved}



“Morgan Rice se demuestra a sí misma una vez más, que es una narradora de gran talento… Esto atraerá a una gran audiencia, incluyendo a los aficionados más jóvenes, del género de los vampiros y de la fantasía.  El final de suspenso inesperado lo dejará estupefacto".

–-RESEÑAS DE THE ROMANCE {respecto a Loved}



Acerca de Morgan Rice

Morgan es la escritora nГєmero uno de bestsellers de las series para adultos jГіvenes de THE VAMPIRE JOURNALS, (DIARIO DE UN VAMPIRO) que comprende ocho libros, que han sido traducidos a seis idiomas.

Morgan tambiГ©n es autora del libro bestseller #1: ARENA UNO y ARENA DOS, que son los primeros dos libros de la TRILOGГЌA DE SUPERVIVENCIA, una novela de suspenso, de acciГіn apocalГ­ptica, ambientada en el futuro.

Morgan también es autora de la serie de fantasía, bestseller # 1 de THE SORCERER’S RING, (EL ANILLO DEL HECHICERO), que comprende seis libros, y siguen sumándose.

A Morgan le encantarГ­a tener comunicaciГіn con usted, asГ­ que visite www.morganricebooks.com (http://www.morganricebooks.com/) para mantenerse en contacto.






ВЎEscucha! (https://itunes.apple.com/es/audiobook/arena-one-slaverunners-survival/id644803253?uo=4)



Libros de Morgan Rice




THE SORCERER’S RING (EL ANILLO DEL HECHICERO)


A QUEST OF HEROES (Libro #1 del Anillo del Hechicero)


A MARCH OF KINGS (Libro #2 del Anillo del Hechicero)


A FEAST OF DRAGONS (Libro #3 del Anillo del Hechicero)


A CLASH OF HONOR (Libro #4 del Anillo del Hechicero)


A VOW OF GLORY (Libro #5 del Anillo del Hechicero)


A CHARGE OF VALOR (Libro #6 del Anillo del Hechicero)


A RITE OF SWORDS (Libro #7 del Anillo del Hechicero)


A GRANT OF ARMS (Libro #8 del Anillo del Hechicero)


A SKY OF SPELLS (Libro #9 del Anillo del Hechicero)


A SEA OF SHIELDS (Libro #10 del Anillo del Hechicero)


A REIGN OF STEEL (Libro #11 del Anillo del Hechicero)




THE SURVIVAL TRILOGY (LA TRILOGГЌA DE SUPERVIVENCIA)


ARENA ONE (ARENA UNO): SLAVERUNNERS (TRATANTES DE ESCLAVOS)


(Libro #1 de la TrilogГ­a de Supervivencia)


ARENA TWOВ  (ARENA DOS)


(Libro #2 de la TrilogГ­a de Supervivencia)




THE VAMPIRE JOURNALS (DIARIO DE UN VAMPIRO)


TURNED (Libro #1 del Diario de un Vampiro)


LOVED (Libro #2 del Diario de un Vampiro)


BETRAYED (Libro #3 del Diario de un Vampiro)


DESTINED (Libro #4 del Diario de un Vampiro)


DESIRED (Libro #5 del Diario de un Vampiro)


BETROTHED (Libro #6 del Diario de un Vampiro)


VOWED (Libro #7 del Diario de un Vampiro)


FOUND (Libro #8 del Diario de un Vampiro)


RESURRECTED (Libro #9 del Legado de un Vampira)


CRAVED (Libro #10 of del Legado de un Vampiro)








Derechos Reservados В© 2012 por Morgan Rice



Todos los derechos reservados.В  A excepciГіn de lo permitido por la Ley de Derechos de Autor de EE.UU de 1976, ninguna parte de esta publicaciГіn puede ser reproducida, distribuida o transmitida en forma o medio alguno ni almacenada en un sistema de base de datos o de recuperaciГіn de informaciГіn, sin la autorizaciГіn previa de la autora.



Este libro electrГіnico estГЎ disponible solamente para su disfrute personal.В  Este libro electrГіnico no puede ser revendido ni regalado a otras personas.В  Si usted desea compartir este libro con otra persona, tiene que adquirir una copia adicional para cada beneficiario.В  Si usted estГЎ leyendo este libro y no lo comprГі o no se comprГі solamente para su uso, por favor devuГ©lvalo y compre su propia copia.В  Gracias por respetar el trabajo de esta escritora.



Esta es una obra de ficciГіn.В  Los nombres, personajes, empresas, organizaciones, lugares, eventos e incidentes son producto de la imaginaciГіn de la autora o son usados ficticiamente.В  Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, es solo coincidencia


“Los cobardes mueren muchas veces antes de sus muertes;
Los valientes sГіlo prueban la muerte una vez.
De todas las maravillas que he escuchado,
Me parece mГЎs extraГ±o que los hombres deban temer,
Viendo que la muerte es un fin necesario,
Que llegará cuando tenga que llegar”.

В В В В --Shakespeare, Julio CГ©sar






UNO


Hay dГ­as en la vida que parecen perfectos. Hay otros en los que una cierta quietud cubre al mundo, cuando la calma nos cobija tanto que uno se siente como si pudiera desaparecer, cuando uno tiene una sensaciГіn de paz, que es inmune a todas las preocupaciones del mundo. En que somos inmunes al miedo.В  Al maГ±ana. Puedo contar momentos como estos con una sola mano.

Y Г©ste es uno de ellos.

Tengo trece aГ±os, Bree tiene seis y estamos en una playa de arena fina y suave. PapГЎ sostiene mi mano, y mamГЎ la de Bree, y los cuatro vayamos por la arena caliente, rumbo al mar.В  El fresco rocГ­o de las olas le sienta bien a mi cara, disminuyendo el calor de este dГ­a de agosto.В  Las olas se estrellan alrededor nuestro y papГЎ y mamГЎ estГЎn riendo, sin preocupaciones.В  Nunca los habГ­a visto tan relajados.В  Los sorprendo mirГЎndose con mucho amor y fijo esa imagen en mi mente.В  Es una de las pocas veces que los he visto tan felices juntos y no quiero olvidarlo.В  Bree grita en Г©xtasis, emocionada por el choque de las olas, que estГЎn en su pecho, en el tirГіn de la resaca, que llega hasta sus muslos.В  MamГЎ la sujeta con fuerza y papГЎ me aprieta la mano, conteniГ©ndonos del tirГіn del mar.

“¡UNA! ¡DOS! ¡TRES!”, grita papá.

Soy levantada en el aire mientras papГЎ tira de mi mano y mamГЎ la de Bree. Subo alto sobre una ola y grito cuando la paso y se estrella detrГЎs de mГ­. Me sorprende que papГЎ pueda estar ahГ­ parado,В  tan fuerte como una roca, aparentemente ajeno a la fuerza de la naturaleza.

Mientras me hundo en el mar, entro en Г©l, impactada por el agua frГ­a en mi pecho. Aprieto la mano de papГЎ con mГЎs fuerza, cuando regresa la resaca, y nuevamente me sostiene con firmeza. Siento en ese momento que me protegerГЎ de todo, por siempre.

Se estrella una ola tras otra, y por primera vez desde que recuerdo, mamГЎ y papГЎ no tienen prisa.В  Nos levantan una y otra vez, Bree grita con mГЎs alegrГ­a que nunca.В  No sГ© cuГЎnto tiempo ha pasado en este estupendo dГ­a de verano, en esta playa tranquila, bajo un cielo sin nubes, el rocГ­o golpeando mi cara.В  No quiero que el sol se oculte nunca, no quiero que nada de esto cambie.В  Quiero estar aquГ­, asГ­, por siempre.В  Y en este momento, siento que podrГ­a suceder.

Abro mis ojos lentamente, desorientada por lo que veo frente a mГ­. No estoy en el mar, sino que estoy sentada en el asiento del pasajero de una lancha de motor, yendo a toda velocidad rГ­o arriba.В  No es verano, sino invierno y las orillas estГЎn revestidas de nieve. Frente a nosotros flotan ocasionalmente, pedazos de hielo.В  Mi cara recibe el rocГ­o del agua, pero no es el rocГ­o frГ­o de las olas del mar de verano, sino el rocГ­o helado del congelado Hudson en invierno.В  PestaГ±eo varias veces hasta que me doy cuenta de que no es una maГ±ana de verano, sino una tarde nublada de invierno. Trato de pensar quГ© fue lo que pasГі, cГіmo cambiГі todo.

Estoy sentada, sintiendo escalofrГ­o y miro a mi alrededor, poniГ©ndome en guardia de inmediato.В В  Que yo recuerde, no habГ­a dormido a la luz del dГ­a, desde que recuerdo, y me sorprende. Me oriento rГЎpidamente y veo a Logan, de pie, impasible, detrГЎs del timГіn, con los ojos fijos en el rГ­o, navegando por el Hudson.В  Volteo y veo a Ben, con la cabeza entre sus manos, mirando al rГ­o, perdido en su propio mundo. Al otro lado de la lancha estГЎ Bree, sentada, con los ojos cerrados, reclinada hacia atrГЎs en su asiento, y su nueva amiga Rose, acurrucada, dormida en su hombro.В  Sentada en su regazo estГЎ nuestra nueva mascota, la perrita Chihuahua tuerta, dormida.

También me sorprende haberme permitido dormir, pero cuando miro hacia abajo y veo la botella medio vacía de champaña en mi mano, me doy cuenta de que el alcohol, que no había tomado en años, debe haberme dejado fuera de combate— eso, junto con tantas noches sin dormir y tantos días de descarga de adrenalina. Mi cuerpo está tan golpeado, tan dolorido y magullado, que debe haberse quedado dormido por sí mismo.  Me siento culpable: nunca dejo a Bree sin mi supervisión. Pero mientras miro a Logan, su presencia es tan fuerte, que me doy cuenta de que debo haberme sentido lo suficientemente segura con él, que por eso lo hice.  En cierta forma, es como tener a papá otra vez conmigo.  ¿Será por eso que soñé con él?

“Me da gusto que hayas regresado”, se oye la voz grave de Logan. Él dirige la mirada hacia mí, con una sonrisita en la comisura de sus labios.

Me inclino hacia adelante, contemplando el río frente a nosotros, al pasar por él como si fuera mantequilla.  El rugido del motor es ensordecedor, y la lancha recorre la corriente, moviéndose hacia arriba y hacia abajo con un movimiento sutíl, meciéndose un poquito. El rocío helado golpea directamente mi cara y miro hacia abajo y veo que todavía traigo la misma ropa que he estado usando durante varios días.  La ropa está prácticamente pegada a mi piel, cubierta de sudor y sangre y mugre —y ahora húmeda por el rocío.  Estoy mojada, con frío y hambre.  Daría lo que fuera por darme un baño caliente, tomar chocolate caliente, tener una chimenea encendida, y cambiarme de ropa.

Veo al horizonte: el Hudson parece un vasto y amplio mar. Nos mantenemos en el centro, lejos de ambas costas; Logan sabiamente nos mantiene lejos de depredadores potenciales. Me acuerdo y de inmediato miro hacia atrГЎs, buscando cualquier seГ±al de los tratantes de esclavos.В  No veo ninguno.

Miro hacia atrГЎs buscando cualquier seГ±al de alguna lancha en el horizonte, frente a nosotros.В  Nada. Exploro las costas, buscando cualquier seГ±al de actividad.В  Nada.В  Es como si tuviГ©ramos el mundo para nosotros solamente. Es reconfortante e inhГіspito, al mismo tiempo.

Lentamente, bajo la guardia.В  Siento como si hubiera dormido por mucho tiempo, pero por la posiciГіn del sol en el cielo, solamente es media tarde.В  No pude haber estado dormida mГЎs de una hora, cuando mucho. Miro alrededor buscando algГєn punto de referencia. DespuГ©s de todo, estamos cerca de volver a casa.В  Pero no veo nada.

“¿Cuánto tiempo dormí?”, le pregunto a Logan.

Se encoge de hombros. “Tal vez una hora”.

Una hora, pienso. Parece una eternidad.

Reviso el indicador de combustible y estГЎ medio vacГ­o. Eso no es un buen augurio.

“¿Ves combustible por algún lado?”, le pregunto.

Al momento de hacer la pregunta, me doy cuenta de que es una tonterГ­a.

Logan me mira, como diciendo: Вїpreguntas en serio? Desde luego que si hubiera visto algГєn depГіsito de combustible, ya lo habrГ­a utilizado.

“¿Dónde estamos?”, pregunto.

“Estos son tus rumbos”, contesta. “Iba a preguntarte lo mismo”.

Exploro el río nuevamente, pero aún no puedo reconocer nada. Eso es lo que pasa con el Hudson—que es tan amplio y se extiende enormemente, que es muy fácil perder la orientación.

“¿Por qué no me despertaste?”, pregunto.

“¿Para qué? Necesitabas dormir”.

No sГ© quГ© mГЎs decirle. Eso es lo que pasa con Logan: me agrada, y siento que le gusto, pero no creo que tengamos mucho que decirnos. No ayuda el hecho de que es reservado, y de que yo tambiГ©n lo soy.

Continuamos en silencio, el agua blanca batiendo por debajo de nosotros y me pregunto ВїcuГЎnto tiempo mГЎs podremos avanzar? ВїQuГ© haremos cuando se nos acabe el combustible?

A lo lejos, veo algo en el horizonte.В  Parece una especie de estructura en el agua. Primero me pregunto si es una visiГіn, pero despuГ©s Logan estira el cuello, alerta, y me doy cuenta de que Г©l tambiГ©n debe verlo.

“Creo que es un puente”, dice. “Un puente caído”.

Me doy cuenta de que tiene razГіn.В  AcercГЎndose mГЎs estГЎ un altГ­simo pedazo de metal retorcido, imponente, sobresaliendo del agua, como si fuera un monumento al infierno. Recuerdo que este puente antes atravesaba bellamente el rГ­o; ahora es un enorme montГіn de chatarra, que se zambulle en ГЎngulos dentados en el agua.

Logan reduce la velocidad de la lancha, el motor se aquieta a medida que nos acercamos.В  Nuestra velocidad baja y la lancha se mece fuertemente. El metal dentado sobresale en todas direcciones y Logan navega, maniobrando la lancha a la izquierda y a la derecha, creando su propio sendero. Miro hacia arriba conforme avanzamos hacia los restos del puente, que emerge sobre nosotros. Parece que se eleva cientos de metros de altura, como testimonio de lo que fue la humanidad, antes de empezarnos a matar unos a otros.

“El Puente Tappan Zee”, comento. “Estamos una hora al norte de la ciudad. Llevamos una buena ventaja sobre ellos, si nos persiguen”.

“Nos están persiguiendo”, dice él. “De eso puedes estar segura”.

Lo miro. “¿Cómo puedes estar tan seguro?”.

“Los conozco. Ellos nunca olvidan”.

Al pasar por el Гєltimo pedazo de metal, Logan aumenta la velocidad y me inclino hacia atrГЎs cuando aceleramos.

“¿Qué tan lejos crees que estén de nosotros?”, pregunto.

Г‰l mira hacia el horizonte, impasible. Finalmente, se encoge de hombros.

“Es difícil saberlo. Depende del tiempo que les tome reunir a las tropas. La nieve es espesa, lo cual es bueno para nosotros.  ¿Unas tres horas? Tal vez seis, si corremos con suerte. Lo bueno es que esta lancha es rápida.  Creo que podemos escapar de ellos, mientras tengamos combustible”.

“Pero no lo tenemos”, digo, señalando lo obvio. “Salimos con tanque lleno—ya gastamos la mitad.  Se nos acabará en unas cuantas horas.  Canadá queda muy lejos.  ¿Cómo sugieres que encontremos combustible?”.

Logan se queda mirando al agua, pensando.

“No tenemos elección”, dice. “Tenemos que conseguirlo. No tenemos otra alternativa.  No podemos detenernos”.

“Tendremos que descansar en algún momento”, digo. “Vamos a necesitar comida y un lugar dónde dormir.  No podemos quedarnos afuera, con este clima, todo el día y toda la noche”.

“Será mejor morir de hambre y congelarnos, que ser atrapados por los tratantes de esclavos”, dice él.

Pienso en la casa de papá, río arriba. Vamos a pasar cerca de ella. Recuerdo mi promesa a mi vieja perra, Sasha, de enterrarla. También pienso en toda la comida que hay allá arriba, en la cabaña de piedra—podemos rescatarla y nos podría mantener durante varios días. Pienso en todas las herramientas que hay en el garaje de papá, en todas las cosas que podemos utilizar. Y ni qué decir de la ropa adicional, mantas y fósforos.

“Quiero hacer una parada”.

Logan voltea a verme como si estuviera loca. Noto que no le gusta esto.

“¿De qué hablas?”.

“De la casa de mi papá. En Catskill. Está una hora al norte de aquí. Quiero que nos detengamos ahí. Hay muchas cosas que podemos rescatar. Cosas que necesitaremos. Por ejemplo, la comida. Y…”, hago una pausa, “quiero enterrar a mi perra”.

“¿Enterrar a tu perra?”, pregunta, alzando la voz. “¿Estás loca? ¿Quieres que nos maten a todos por eso?”.

“Se lo prometí a ella”, le digo.

“¿Lo prometiste?”, responde. “¿A tu perra? ¿A tu perra muerta? Debes estar bromeando”.

Sostengo la mirada y se da cuenta rГЎpidamente de que no estoy bromeando.

“Si prometo algo, lo cumplo. Te enterraría, si te lo hubiera prometido”.

Г‰l niega con la cabeza.

“Escucha”, digo con firmeza. “Querías ir a Canadá. Podríamos haber ido a cualquier lugar. Ese era tu sueño. No el mío. ¿Quién sabe si existe siquiera esa ciudad? Te estoy siguiendo en tu capricho. Y esta lancha no es solo tuya. Sólo quiero detenerme en la casa de mi papá. Buscar algunas cosas que necesitamos y enterrar a mi perra. No tardaremos. Llevamos una gran ventaja sobre los tratantes de esclavos. Además de que tenemos un pequeño bote de combustible allá.  No es mucho, pero nos servirá”.

Logan niega lentamente con su cabeza.

“Preferiría no ir por ese combustible y no correr tal riesgo.  Estás hablando de las montañas. Estás hablando de unos treinta y dos kilómetros hacia el interior, ¿cierto? ¿Cómo supones que llegaremos ahí una vez que atraquemos? ¿Caminando?”

“Yo sé dónde hay un viejo vehículo. Es una camioneta destartalada. Es solamente una estructura oxidada, pero funciona, y tiene suficiente combustible para llevarnos allá y regresarnos. Está escondida cerca de la orilla del río. El río nos llevará directamente hacia él.  La camioneta nos llevará arriba y nos regresará. Será rápido. Y después podemos continuar nuestro largo viaje a Canadá. Y vamos a estar mejor”.

Logan mira fijamente al agua, en silencio, durante mucho tiempo, con los puГ±os apretados firmemente en el timГіn.

Finalmente, dice: “como quieras. Es la vida de ustedes la que arriesgan. Pero yo me quedaré en la lancha.  Tienes dos horas.  Si no regresas a tiempo, me iré”.

Me aparto de Г©l y miro al agua, presa de rabia. Yo querГ­a que Г©l me acompaГ±ara. Creo que solo estГЎ preocupado por Г©l mismo, y eso me decepciona.В  PensГ© que era una mejor persona.

“¿Entonces sólo te interesa tu bienestar, no?”, le pregunto.

TambiГ©n me preocupa que no quiera acompaГ±arme a casa de mi papГЎ; no habГ­a pensado en eso.В  SГ© que Ben no querrГЎ venir y me hubiera gustado tener ayuda. No importa. Sigo decidida a cumplir la promesa que hice, y la cumplirГ©.В  Con o sin Г©l.

Г‰l no contesta y noto que estГЎ molesto.

Miro hacia el agua, tratando de evitar verlo.В  Mientras el agua se agita en medio del constante zumbido del motor, me doy cuenta de que estoy enojada y no solamente porque me siento decepcionada de Г©l, sino porque me habГ­a empezado a gustar, porque contaba con Г©l. No habГ­a dependido de nadie desde hacГ­a mucho tiempo.В  Es un sentimiento aterrador, tener que depender de alguien otra vez y me siento traicionada.

“¿Brooke?”

Me siento contenta al escuchar el sonido de una voz conocida, y giro para ver a mi hermana que ya ha despertado.В  Rose tambiГ©n despierta.В  Ellas dos son como dos gotas de agua, como la extensiГіn de una persona.

TodavГ­a me cuesta creer que Bree estГ© aquГ­ conmigo otra vez.В  Es como un sueГ±o. Cuando se la llevaron, una parte de mГ­ estaba segura de que nunca la volverГ­a a ver con vida. Cada momento que estoy con ella, siento que me han dado una segunda oportunidad, y me siento mГЎs decidida que nunca a ver por ella.

“Tengo hambre”, dice Bree, frotando sus ojos con el dorso sus manos.

PenГ©lope tambiГ©n se sienta, en el regazo de Bree. No deja de temblar y levanta el ojo bueno y me mira, como si tambiГ©n tuviera hambre.

“Estoy congelada”, dice Rose, frotando sus hombros. Ella sólo lleva una blusa delgada y me siento terriblemente mal por ella.

Entiendo. Yo también muero de hambre y me congelo. Mi nariz está roja y apenas puedo sentirla. Lo que encontramos en la lancha estuvo riquísimo, pero no satisface—especialmente si teníamos el estómago vacío.  Y lo comimos hace horas.  Piensoo nuevamente en el baúl de comida, en lo poco que queda y me pregunto cuánto tiempo nos durará. Sé que debería racionar la comida. Pero todos tenemos mucha hambre, y no soporto ver a Bree con ese aspecto.

“No queda mucha comida”, le digo a ella, “pero puedo darles un poco ahora. Tenemos algunas galletas dulces y saladas”.

“¡Galletas dulces!” gritan las dos al mismo tiempo. Penélope ladra.

“Yo no haría eso”, se oye la voz de Logan, quien está junto a mí.

Volteo a verlo y me mira con desaprobaciГіn.

“Tenemos que racionarla”.

“¡Por favor!”, dice Bree. “Necesito algo. Tengo mucha hambre”.

“Tengo que darles algo”, digo con firmeza a Logan, entendiendo su criterio, pero molesta por su falta de compasión. “Repartiré una galleta a cada uno.  A todos nosotros”.

“¿Y a Penélope?”, pregunta Rose.

“La perra no tendrá nuestra comida”, espeta Logan. “Que se consiga la suya”.

Siento otra punzada de enojo hacia Logan, aunque sГ© que estГЎ siendo congruente. De cualquier manera, al ver la mirada cabizbaja de Rose y la cara de Bree, y cuando vuelvo a oГ­rla ladrar, no puedo permitir que muera de hambre. En silencio, me resigno a darle algo de la comida que me toca.

Abro el baГєl y exploro una vez mГЎs nuestra reserva de comida. Veo dos cajas de galletas dulces tres cajas de galletas saladas, varias bolsas de ositos de goma, y media docena de barras de chocolate. Quisiera que tuviГ©ramos comida mГЎs sustanciosa, y no sГ© cГіmo haremos para que esto nos dure, cГіmo serГЎ suficiente para comer tres veces al dГ­a las cinco personas.

Saco las galletas y reparto una a cada quien. Ben finalmente se espabila al ver la comida, y acepta una galleta. Tiene ojeras, y parece como si no hubiera dormido. Es doloroso ver su expresiГіn, tan devastado por la pГ©rdida de su hermano, y yo miro hacia otro lado cuando le entrego su galleta.

Voy a la parte delantera de la lancha y le entrego la suya a Logan. La toma y en silencio la guarda en su bolsillo, desde luego, la guardará para más adelante. No sé de dónde saca fuerzas.  Yo pierdo la voluntad con solo oler la galleta de chocolate. Sé que debería reservarla también, pero no puedo evitarlo.  Le doy una pequeña mordida, resuelta a guardarla—pero es tan deliciosa, que no puedo evitarlo—me la como toda, dejando sólo la última mordida, que aparto para dársela a Penélope.

La comida me hace sentir tan bien.В  El subidГіn de azГєcar llega a mi cabeza, despuГ©s a mi cuerpo y quisiera comer otra docena. Respiro profundamente mientras siento dolor en el estГіmago, tratando de controlarme.

El rГ­o se hace angosto, las orillas se aproximan una a otra y gira y da vueltas. Estamos cerca de la tierra y estoy en estado de alerta, mirando las costas en busca de alguna seГ±al de peligro.В  Al dar vuelta en una curva, miro a mi izquierda y a lo alto de un acantilado veo las ruinas de una antigua fortificaciГіn, ahora bombardeada.В  Me sorprendo al darme cuenta de lo que habГ­a sido antes.

“La Academia Militar”, dice Logan. Debe haberse dado cuenta al mismo tiempo que yo.

Es impactante ver a este bastiГіn de fortaleza norteamericana, convertido en un montГіn de escombros, el mГЎstil torcido colgando sin gracia sobre el Hudson. Casi nada es igual a como habГ­a sido antes.

“¿Qué es eso?”, pregunta Bree, castañeando los dientes. Ella y Rose han subido a la parte delantera de la lancha, junto a mí, y ella mira hacia afuera, siguiendo mi mirada. No quiero decirle.

“No es nada, mi amor”, le digo. “Es solo una ruina”.

Pongo mi brazo alrededor de ella y la acerco hacia mГ­, y pongo mi otro brazo sobre Rose, y tambiГ©n la acerco hacia mГ­.В  Intento calentarlas, frotando sus hombros lo mejor que puedo.

“¿Cuándo iremos a casa?”, pregunta Rose.

Logan y yo intercambiamos miradas. No sГ© quГ© contestar.

“No iremos a casa”, le digo a Rose, con el mayor tacto posible, “pero vamos a buscar un nuevo hogar”.

“¿Vamos a pasar por nuestro antigua casa?”, pregunta Bree.

Titubeo. “Sí”, le digo.

“Pero no nos vamos a quedar ahí, ¿verdad?”, me pregunta.

“Así es”, le digo. “Es muy peligroso vivir ahí ahora”.

“No quiero vivir ahí otra vez”, dice ella. “Odié ese lugar. Pero no podemos dejar ahí a Sasha. ¿Vamos a detenernos para enterrarla? Tú lo prometiste”.

Pienso nuevamente en mi discusiГіn con Logan.

“Tienes razón”, le digo en voz baja. “Lo prometí. Y sí, vamos a detenernos”.

Logan se aparta, visiblemente enojado.

“¿Y después, qué?”, pregunta Rose. “¿Después a dónde iremos?”

“Seguiremos yendo río arriba”, le explico. “Tan lejos como lleguemos”.

“¿Dónde termina?”, pregunta ella.

Es una buena pregunta, y la considero de mucha profundidad. ВїDГіnde termina todo esto? ВїCon nuestra muerte? ВїSobreviviremos? ВїAcabarГЎ alguna vez? ВїSe ve algГєn final a la vista?

Yo no tengo la respuesta.

Doy la vuelta y me arrodillo, y la miro a los ojos.В  Necesito darle alguna esperanza.В  AlgГєn incentivo para vivir.

“Termina en un lugar hermoso”, le digo. “Al lugar que vamos, todo está bien, otra vez.  Las calles están limpias y brillan, y todo es perfecto y seguro. Ahí habrá gente, gente amable, y nos aceptarán y protegerán.  También habrá comida, comida de verdad, todo lo que puedas comer, todo el tiempo.  Será el lugar más hermoso que hayas visto alguna vez”.

Los ojos de Rose se abren de par en par.

“¿Eso es verdad?”, pregunta.

Asiento con la cabeza. Lentamente, muestra una gran sonrisa.

“¿Cuánto falta para que lleguemos?”

Sonrío. “No sé, mi amor”.

Pero Bree es mГЎs escГ©ptica que Rose.

“¿Eso es verdad?”, pregunta en voz baja. “¿Realmente existe ese lugar?”

“Existe”, le digo, intentando con ganas parecer convincente. “¿Verdad, Logan?”.

Logan voltea, asiente con la cabeza brevemente, y aleja la mirada. DespuГ©s de todo, Г©l es quien cree en CanadГЎ, quien cree en la tierra prometida. ВїCГіmo puede negarlo ahora?

El Hudson serpentea, haciГ©ndose mГЎs estrecho, y despuГ©s ampliГЎndose nuevamente.В  Finalmente, entramos a territorio conocido.В  Pasamos por lugares que reconozco, acercГЎndonos cada vez mГЎs a la casa de papГЎ.

Pasamos otra orilla y veo una isla deshabitada, que es solamente un afloramiento pedregoso. En ella quedan los restos de un faro, su lГЎmpara que fue hecha pedazos hace mucho tiempo; su estructura es apenas una fachada.

Pasamos otra curva en el rГ­o y a lo lejos, veo el puente en el que he estado hace unos dГ­as, mientras perseguГ­a a los tratantes de esclavos. AhГ­, a mitad del puente, veo que el centro estallГі, tiene un enorme agujero, como si un martillo de demoliciГіn hubiera caГ­do al centro. Recuerdo cГіmo Ben y yo corrimos a travГ©s de Г©l en la moto y casi derrapamos en Г©l. No puedo creerlo. Ya casi llegamos.

Esto me hace pensar en Ben, en cГіmo me salvГі la vida ese dГ­a.В  Volteo a verlo. Г‰l mira fijamente al agua, taciturno.

“¿Ben?”, pregunto.

Se vuelve y me mira.

“¿Recuerdas ese puente?”

Voltea a verlo y noto el miedo en sus ojos.В  Lo recuerda.

Bree me da un codazo. “¿Puedo darle a Penélope un poco de mi galleta?”, me pregunta.

“¿Yo también?”, pregunta Rose.

“Por supuesto”, le dijo en voz alta, para que Logan pueda oírlo. Él no es el único que manda aquí y podemos hacer con nuestra comida lo que queramos.

La perra, que estГЎ en el regazo de Rose, se anima, como si entendiera. Es increГ­ble. Nunca habГ­a visto a un animal tan listo.

Bree se inclina para darle un pedazo de su galleta, pero yo detengo su mano.

“Espera”, le digo. “Si vas a darle de comer, ella debería tener un nombre, ¿no?”

“Pero no tiene collar”, dice Rose. “Su nombre podría ser cualquier cosa”.

“Ahora es tu perra”, le digo. “Ponle un nombre nuevo”.

Rose y Bree intercambian una mirada de emociГіn.

“¿Cómo debemos llamarla?”, pregunta Bree.

“¿Qué te parece Penélope?” dice Rose.

“¡Penélope!”, grita Bree. “Me gusta”.

“A mí también me gusta”, le digo.

“¡Penélope!”, le dice Rose a la perrita.

Sorprendentemente, la perrita voltea a verla cuando la llama asГ­, como si siempre hubiera sido su nombre.

Bree sonrГ­e, mientras extiende la mano y le da un pedazo de galleta.В  PenГ©lope se lo arrebata de las manos y lo traga de un bocado. Bree y Rose rГ­en animadamente, y Rose le da el resto de su galleta.В  Ella tambiГ©n se lo arrebata y yo extiendo la mano y le doy el Гєltimo bocado de mi galleta. PenГ©lope nos mira a las tres con entusiasmo, temblando y ladra tres veces.

Todas reГ­mos.В  Por un momento, casi olvido nuestros problemas.

Pero entonces, a lo lejos, sobre el hombro de Bree, veo algo.

“Ahí”, le digo a Logan, yendo hacia arriba y señalando a nuestra izquierda. “Ahí es donde tenemos que ir.  Gira ahí”.

Veo la penГ­nsula donde Ben y yo fuimos en moto, sobre el hielo del Hudson. Me estremezco al recordarlo, al pensar en la locura de esa persecuciГіn. Sigo sorprendida de que estemos vivos.

Logan mira sobre su hombro en busca de alguien que nos estГ© siguiendo; despuГ©s, de mala gana, desacelera, desviГЎndonos a un costado, llevГЎndonos hacia la ensenada.

Inquieta, miro alrededor con cautela cuando llegamos a la desembocadura de la penГ­nsula. Nos deslizamos junto a Г©l mientras tuerce tierra adentro. Estamos muy cerca de la costa, pasando una torre de agua destartalada. Seguimos adelante y pronto nos deslizamos junto a las ruinas de una ciudad, justo en el centro de la misma. Catskill. Hay edificios quemados por todos lados y parece como si hubiera estallado una bomba.

Todos estamos en ascuas al abrirnos camino lentamente hasta la ensenada, yendo tierra adentro; la costa estГЎ a varios metros de distancia al hacerse angosta. Estamos expuestos a tener una emboscada, e inconscientemente, bajo la mano y la apoyo en mi cadera, donde estГЎ mi cuchillo.В  Me doy cuenta de que Logan hace lo mismo.

Veo sobre mi hombro buscando a Ben; pero Г©l sigue en estado casi catatГіnico.

“¿Dónde está el camión?”, pregunta Logan, con voz nerviosa. “No iré tierra adentro, te lo digo desde ahora. Si algo sucede, necesitamos poder salir al Hudson, y rápidamente. Esto es una trampa mortal”, dice, mirando con recelo la orilla.

Yo tambiГ©n la veo. Pero la costa estГЎ vacГ­a, desolada, congelada, sin nadie a la vista, hasta donde alcanzo a ver.

“¿Ves ahí?”, le digo, señalando. “¿Ese cobertizo oxidado? Es adentro”.

Logan nos acerca otras treinta yardas mГЎs o menos, despuГ©s gira hacia el cobertizo.В  Hay un viejo muelle en ruinas, y logra llevar la lancha a unos metros de la orilla. Apaga el motor, toma el ancla y la tira por la borda.В  DespuГ©s toma la cuerda de la lancha, hace un nudo flojo en un extremo, y lo lanza a un poste de metal oxidado.В  Cae adentro y nos acerca, apretГЎndolo, para que podamos caminar hacia el muelle.

“¿Vamos a bajar?”, pregunta Bree.

“Yo bajaré”, le digo. “Espérame aquí, en la lancha. Es demasiado peligroso para que ustedes vayan. Volveré pronto.  Voy a enterrar a Sasha.  Lo prometo”.

“¡No!”, grita ella. “Prometiste que nunca volveríamos a separarnos. ¡Lo prometiste! ¡No puedes dejarme aquí, sola! ¡NO puedes!”.

“No te voy a dejar sola”, le digo, con el corazón hecho pedazos.  “Te quedarás con Logan, con Ben, y con Rose. Estarás totalmente segura. Lo prometo”.

Pero Bree se levanta, y para mi sorpresa, da un salto a travГ©s de la cuerda y salta a la orilla de arena, cayendo justamente en la nieve.

Ella se queda en tierra, con las manos en sus caderas, mirГЎndome desafiante.

“Si te vas, yo iré contigo”, afirma.

Respiro profundamente, viendo que estГЎ decidida. SГ© que cuando se pone asГ­, es porque lo dice en serio.

SerГЎ una responsabilidad ir con ella, pero tengo que reconocer que una parte de mГ­ se siente bien teniГ©ndola a mi lado todo el tiempo. Y si trato de disuadirla, solamente perderГ© mГЎs tiempo.

“De acuerdo”, le digo. “Pero quédate cerca de mí todo el tiempo. ¿Lo prometes?”

Ella asiente con la cabeza. “Lo prometo”.

“Tengo miedo”, dice Rose, mirando a Bree, con los ojos bien abiertos. “Yo no quiero bajar de la lancha. Quiero quedarme aquí, con Penélope. ¿No les molesta?”.

“Quiero que te quedes”, le digo, negándome en silencio a traerla también.

Volteo a ver a Ben, y Г©l se da vuelta y me mira con sus ojos de tristeza.В  Su mirada me hace querer ver ahacia otro lado, pero me obligo a no hacerlo.

“¿Vas a venir?”, le pregunto. Espero que diga que sí. Estoy molesta con Logan por quedarse aquí, por decepcionarme, y podría necesitar su apoyo.

Pero Ben, sigue notoriamente aturdido, y sГіlo me mira. Me mira como si no comprendiera.В  Me pregunto si sabe lo que estГЎ ocurriendo a su alrededor.

“¿Vas a venir?” Le pregunto contundentemente. No tengo paciencia para esto.

Lentamente, niega con la cabeza, retirГЎndose.В  EstГЎ fuera de sГ­, y trato de perdonarlo, pero es difГ­cil.

Me vuelvo para dejar la lancha y salto a la orilla.В  Se siente bien tener los pies en tierra firme.

“¡Esperen!”.

Volteo y veo a Logan levantarse del asiento del conductor.

“Sabía que pasaría una porquería así”, dijo.

Camina por la lancha, recogiendo sus cosas.

“¿Qué estás haciendo?”, le pregunto.

“¿Tú qué crees?”, me pregunta. “No permitiré que vayan las dos solas”.

Mi corazón se llena de alivio.  Si yo fuera sola, no me importaría tanto—pero me alegra tener otro par de ojos para cuidar a Bree.

Salta de la lancha, hacia la costa.

“Desde ahora te digo que es una idea tonta”, dice, mientras se pone a mi lado. “Deberíamos irnos.  Pronto va a anochecer.  El Hudson se puede congelar. Podríamos quedar varados aquí. Y ni qué decir de los tratantes de esclavos.  Tienes 90 minutos, ¿entiendes? 30 minutos para llegar, 30 para estar ahí y 30 para regresar.  Sin excepciones de cualquier tipo.  De otro modo, me iré sin ustedes”.

Volteo a verlo, impresionada y agradecida.

“Trato hecho”, le digo.

Pienso en el sacrificio que acaba de hacer y empiezo a sentir algo mГЎs.В  DetrГЎs de toda su pose, empiezo a sentir que realmente le agrado a Logan. Y que no es tan egoista como pensГ©.

Cuando giramos para irnos, hay otro desplazamiento de la lancha.

“¡Esperen!”, grita Ben.

Volteo a ver.

“No pueden dejarme aquí sola con Rose. ¿Qué pasa si alguien viene? ¿Qué se supone que yo haga?

“Cuidar la lancha”, dice Logan, girando nuevamente para marcharse.

“¡No sé conducirla!”, grita Ben. “¡No tengo armas!”.

Logan se vuelve nuevamente, molesto, se agacha, toma una de las armas de fuego de una correa que tiene en su muslo, y se la da a Г©l.В  Le pega fuerte en el pecho, y la suelta.

“Tal vez aprendas a usarla”, dice Logan con desdén, alejándose nuevamente.

Echo un buen vistazo a Ben, quien estГЎ ahГ­ parado, pareciendo tan indefenso y asustado, sosteniendo un arma que no sabe cГіmo utilizar. Se ve totalmente aterrado.

Quiero consolarlo.В  Decirle que todo va a estar bien, que regresaremos pronto.В  Pero en cuanto me doy la vuelta, y miro hacia la gran cordillera ante nosotros, por vez primera no estoy tan segura de que lo haremos.




DOS


Caminamos rГЎpidamente por la nieve y miro con ansiedad el cielo que se oscurece, sintiendo la presiГіn del tiempo.В  Echo un vistazo por encima de mi hombro, veo huellas en la nieve, y atrГЎs de ellas, parado en la lancha que se mece, estГЎn Ben y Rose, mirГЎndonos con los ojos bien abiertos. Rose sostiene a PenГ©lope, que tambiГ©n tiene miedo. PenГ©lope ladra. Me siento mal por dejar ahГ­ a los tres, pero sГ© que nuestra misiГіn es necesaria. SГ© que podemos rescatar suministros y alimentos que nos ayudarГЎn, y siento que tenemos una buena ventaja sobre los tratantes de esclavos.

Me apresuro hacia el cobertizo oxidado, que estГЎ cubierto de nieve y abro de un tirГіn su puerta torcida, rezando para que el vehГ­culo que escondГ­ hace aГ±os, aГєn estГ© ahГ­.В  Era una vieja camioneta oxidada, en muy mal estado, que es mГЎs estructura que vehГ­culo, con solo un octavo de tanque de combustible. Me la encontrГ© un dГ­a, en una zanja en la Ruta 23 y la escondГ­ aquГ­, con cuidado, cerca del rГ­o, por si algГєn dГ­a la necesitaba. Recuerdo haber quedado sorprendida cuando pude voltearla.

La puerta del cobertizo se abre haciendo un chirrido, y ahГ­ estГЎ, tan bien escondida como el dГ­a en que la ocultГ©, todavГ­a cubierta de heno.В  Siento un gran alivio.В  Doy un paso al frente y quito el heno, mis manos se enfrГ­an cuando toco el metal congelado. Voy a la parte trasera del cobertizo y abro las puertas dobles del granero, y la luz inunda el lugar.

“Qué buenos neumáticos”, dice Logan, caminando detrás de mí, observándola.  “¿Estás segura de que camina?”

“No”, le contesto. “Pero la casa de mi papá está a treinta y dos kilómetros de distancia, y no podemos caminar, precisamente”.

Noto en su voz que realmente no quiere estar en esta misiГіn, que quiere regresar a la lancha, ir rГ­o arriba.

Subo de un salto al asiento del conductor y busco la llave en el piso.В  Por fin la encuentro, escondida en lo mГЎs profundo.В  La pongo en marcha, respiro profundamente y cierro mis ojos.

Por favor, Dios. Por favor.

Al principio no pasa nada.В  Me siento descorazonada.

Pero le doy marcha una y otra vez, girando mГЎs a la derecha y poco a poco empieza a encender.В  Al principio es un sonido suave, como gato moribundo.В  Pero acelero, doy marcha una y otra vez y finalmente enciende mГЎs.

Arranca, arranca.

Finalmente enciende, estruendosamente y crujiendo a la vida.В  Se embarulla y jadea, claramente estГЎ en las Гєltimas.В  Por lo menos arranca.

No puedo evitar sonreГ­r, llena de alivio.В  Funciona.В  Realmente arrancГі.В  Vamos a poder ir a mi casa, a enterrar a mi perro, a buscar comida.В  Siento como si Sasha nos estuviera mirando, ayudГЎndonos.В  Tal vez tambiГ©n mi papГЎ.

Se abre la puerta del pasajero y entra Bree, llena de emociГіn, pasando por el asiento de vinilo, justo a mi lado, mientras Logan salta y se sienta junto a ella, y cierra la puerta, mirando al frente.

“¿Qué estás esperando?”, pregunta él. “El reloj está corriendo”.

“No tienes que decírmelo dos veces”, le digo, igualmente tajante con él.

Lo pongo en marcha y acelero, saliendo de reversa del cobertizo hacia la nieve y el cielo de la tarde.В  Al principio, las ruedas quedan atrapadas en la nieve, pero acelero mГЎs y chisporrotea. Conducimos, virando bruscamente, con los neumГЎticos lisos, a travГ©s de un campo, lleno de baches, siendo sacudidos en todas direcciones.В  Pero continuamos avanzando y es todo lo que me importa.

Pronto, llegamos a un pequeño camino de tierra.  Estoy tan agradecida de que la nieve se haya derretido la mayor parte del día—de otra manera, nunca podríamos lograrlo.

Empezamos por tomar una buena velocidad.В  El camiГіn me sorprende, tranquilizГЎndome en cuanto se calienta.В  Llegamos casi a 48 kph, al ir por la Ruta 23 hacia el oeste.В  Sigo acelerando, hasta que llegamos a un bache y lo lamento.В  Todos gemimos, al golpearnos la cabeza. Reduzco la velocidad.В  Es casi imposible ver los baches en la nieve, y olvido el mal estado en que estГЎn estos caminos.

Es escalofriante volver a este camino, yendo hacia lo que antes fue nuestro hogar.В  Vuelvo a pasar por el camino que tomГ© cuando perseguГ­a a los tratantes de esclavos, y me inundo de recuerdos. Recuerdo haber corrido aquГ­ en una motocicleta, pensando que iba a morir, y trato de eliminarlo de mi mente.

Conforme avanzamos, nos encontramos con el enorme ГЎrbol caГ­do sobre el camino, que ahora estГЎ cubierto de nieve. Lo reconozco como el ГЎrbol que habГ­a sido talado durante mi salida, el que bloqueaba el camino de los tratantes de esclavos, por algГєn sobreviviente desconocido que nos estaba cuidado.В  No puedo evitar preguntarme si hay otras personas por ahГ­ ahora, sobreviviendo, o incluso vigilГЎndonos.В  Miro de un lado a otro, peinando el bosque.В  Pero no veo ninguna seГ±al.

Estamos haciendo un buen tiempo y para mi alivio, nada va mal. No confГ­o en ello. Es como si fuera demasiado sencillo. Miro el indicador de combustible y noto que no hemos gastado mucho.В  Pero no sГ© quГ© tan preciso sea, y por un momento me pregunto si habrГЎ suficiente combustible para ir allГЎ y regresar.В  Me pregunto si esto fue una idea tonta.

Finalmente nos desviamos del camino principal hacia un camino de tierra angosto y serprenteante que nos llevarГЎ a la montaГ±a, a la casa de mi papГЎ. Ahora estoy mГЎs en ascuas, al ir zigzagueando en la montaГ±a, viendo los acantilados en abrupto desnivel, a mi derecha. Estoy atenta y no puedo evitar notar la increГ­ble vista, que abarca toda la cordillera Catskill. Pero el desnivel es empinado y la nieve es mГЎs espesa ahГ­, y sГ© que con un giro equivocado, una derrapada equivocada, este viejo cacharro de herrumbre irГЎ justo al acantilado.

Para mi sorpresa, el camiГіn se queda ahГ­. Es como un bulldog. Pronto pasamos lo peor de todo, y al dar la vuelta en un curva, de repente veo nuestra antigua casa.

“¡Oigan! ¡La casa de papá!”, grita Bree, reacomodándose en el asiento emocionada.

Yo tambiГ©n me siento aliviada de verla. AquГ­ estamos e hicimos un buen tiempo.

“¿Lo ves?”, le digo a Logan, “eso no estuvo tan mal”.

Pero Logan no se siente aliviado, con una mueca en el rostro, nervioso, mientras observa los ГЎrboles.

“Ya llegamos aquí”, se queja. “Pero no hemos regresado aún”.

TГ­pico. Se niega a reconocer que se equivocГі.

Me detengo frente a nuestra casa y veo las antiguas huellas de los tratantes de esclavos.В  Me hace recordar todo el temor que yo habГ­a sentido cuando se habГ­an llevado a Bree. Me acerco a ella y le pongo el brazo alrededor de su hombro, la aprieto con fuerza, y decido no volver a dejarla nunca lejos de mi vista.

Apago la marcha y todos salimos rГЎpidamente y nos dirigimos hacia la casa.

“Lamento el desastre”, le digo a Logan mientras me adelanto a él, hasta la puerta principal. “No esperaba invitados”.

Sin proponГ©rselo, esboza una sonrisa.

“Ja, ja”, dice inexpresivamente. “¿Debo quitarme los zapatos?”.

Tiene sentido del humor. Eso me sorprende.

Al abrir la puerta y entrar, cualquier sentido del humor que yo haya tenido, desaparece de repente.В  Cuando veo el lugar que estГЎ frente a mГ­, me siento descorazonada. Sasha estГЎ ahГ­, tendida, con la sangre seca, su cuerpo rГ­gido y congelado. A pocos centГ­metros de distancia se encuentra el cadГЎver del tratante de esclavos que Sasha habГ­a matado, tambiГ©n estГЎ congelado, pegado al suelo.

Miro la chamarra que tengo puesta—que era de él—la ropa que tengo puesta—su ropa—mis botas—sus botas—y me siento rara. Es casi coo si yo fuera su doble.

Logan me mira y debe darse cuenta de eso, tambiГ©n.

“¿No le quitaste los pantalones?”, pregunta.

Miro hacia abajo y recuerdo que no lo hice.В  Era demasiado.

Niego con la cabeza.

“Fue tonto”, dice.

Ahora que lo menciona, me doy cuenta de que tiene razГіn. Mis viejos pantalones de mezclilla estГЎn hГєmedos y frГ­os y se pegan a mГ­.В  Y aunque yo no los quisiera, tal vez Ben sГ­. Es una lГЎstima desperdiciarlos: despuГ©s de todo, es ropa perfectamente buena.

Oigo un llanto ahogado y veo a Bree, ahГ­ parada, mirando a Sasha. Me rompe el corazГіn ver su cara de esa manera, abatida, mirando hacia abajo a su antigua perrita.

Me acerco y pongo mi brazo encima de ella.

“Tranquilízate, Bree”, le digo. “No la veas”.

Beso su frente e intento alejarla, pero ella me aleja con una fuerza sorprendente.

“No”, dice ella.

Da un paso adelante, se arrodilla y abraza a Sasha en el suelo.В  Ella pone sus brazos sobre su cuello y se inclina y la besa en la cabeza.

Logan y yo intercambiamos miradas.В  Ninguno de los dos sabemos quГ© hacer.

“No tenemos tiempo”, dice Logan. “Necesitas enterrarla y seguir adelante”.

Me arrodillo junto a ella, me inclino y acaricio la cabeza de Sasha.

“Todo va a estar bien, Bree. Sasha ya está en un lugar mejor. Ahora es feliz. ¿Me entiendes?”.

Las lГЎgrimas caen de sus ojos, y ella levanta la mano, respira profundo y las limpia con el dorso de su mano.

“No podemos dejarla aquí, así”, dice ella. “Tenemos que enterrarla”.

“Lo haremos”, le digo.

“No podemos”, dice Logan. “El suelo está congelado”.

Me levanto y miro a Logan, mГЎs molesta que nunca.В  Sobre todo porque me doy cuenta de que tiene razГіn.В  DebГ­ haber pensado en ello.

“¿Y qué sugieres que hagamos?”, le pregunto.

“No es mi problema. Estaré afuera, vigilando”.

Logan se da la vuelta y sale, dando un portazo detrГЎs de Г©l.

Volteo a ver a Bree, intentando pensar rГЎpidamente.

“Él tiene razón”, le digo. “No tenemos tiempo para enterrarla”.

“¡NO!”, grita ella. “Lo prometiste. ¡Tú lo prometiste!”.

Ella tiene razГіn. Lo prometГ­.В  Pero no habГ­a pensado las cosas detalladamente. Pensar en dejar aВ  Sasha aquГ­ asГ­, me mata. Pero tampoco puedo arriesgar nuestras vidas. A Sasha no le gustarГ­a eso.

Tengo una idea.

“La pondremos en el río, Bree”.

Ella voltea a verme.

“¿Y si la enterramos en el agua? Ya sabes, como hacen con los soldados que mueren condecorados?”.

“¿Qué soldados?”, pregunta.

“Cuando los soldados mueren en el mar, a veces se les entierra ahí.  Es un entierro con honor. A Sasha le encantaba el río.  Estoy segura de que será feliz ahí.  Podemos llevárnosla y enterrarla ahí. ¿Te parece bien?”.

Mi corazГіn late con fuerza, en espera de la respuesta. Se nos acaba el tiempo y sГ© cuГЎn instransigente puede llegar a ser Bree cuando algo significa mucho para ella.

Para alivio mГ­o, asienta con la cabeza.

“De acuerdo”, dice. “Pero yo la llevo”.

“Creo que es muy pesada para ti”.

“No me iré, a menos que yo la cargue”, dice ella, con los ojos brillando con determinación, mientras se levanta, me mira a la cara, con las manos en sus caderas. Me doy cuenta en su mirada, que no permitirá que sea de otra manera.

“De acuerdo”, le digo. “Puedes llevarla”.

Entre las dos levantamos a Sasha del suelo, y despuГ©s exploro rГЎpidamente la casa en busca de cualquier cosa que podamos rescatar. Me apresuro a acercame al cadГЎver del tratante de esclavos, le quito los pantalones, y al hacerlo, siento algo en su bolsillo trasero. Me da gusto descubrir algo voluminoso y metГЎlico en el interior.В  Saco una pequeГ±a navaja automГЎtica. Me alegra tenerla y la meto a mi bolsillo.

Reviso rГЎpidamente el resto de la casa, yendo apresuradamente de una habitaciГіn a otra, buscando cualquier cosa que nos pueda ser Гєtil. Encuentro algunos viejos sacos de yute vacГ­osВ  y los llevo todos.В  Abro uno y pongo adentro el libro favorito de Bree, El ГЃrbol Generoso, y mi ejemplar de El SeГ±or de las Moscas. Corro hacia el armario, tomo el resto de las velas y fГіsforos y los pongo adentro.

Corro a la cocina y voy al garaje, las puertas estГЎn abiertas desde que los tratantes de esclavos allanaron la casa. Espero ansiosamente que no hayan tenido tiempo de buscar en la parte posterior, mГЎs a fondo en el garaje, su caja de herramientas. La escondГ­ bien, en un hueco en la pared, y me apresuro a ir atrГЎs y me siento aliviada al ver que sigue ahГ­. Es demasiado pesada para llevar toda la caja de herramientas, por lo que rebusco en ella y elijo lo que pueda ser de utilidad. Tomo un pequeГ±o martillo, un destornillador, una cajita de clavos. Encuentro una linterna, con baterГ­a en su interior.В  La pruebo y funciona.В  Tomo un juego de alicates, una llave inglesa y la cierro y me preparo para salir.

Cuando estoy a punto de salir corriendo, algo llama mi atenciГіn, en lo alto de la pared. Es una tirolina grande, fruncida, atada cuidadosamente y colgando de un gancho. La habГ­a olvidado. AГ±os atrГЎs, papГЎ comprГі esta tirolina y la atГі entre los ГЎrboles, pensando en que podrГ­amos divertirnos. La usamos una vez y nunca mГЎs, y despuГ©s la colgГі en el garaje. ViГ©ndola ahora, pienso que podrГ­a ser valiosa. Subo al banco de herramientas, levanto la mano y la bajo, colgГЎndola sobre mi hombro y con mi saco de yute en el otro.

Salgo rГЎpidamente del garaje y vuelvo a la casa y Bree estГЎ ahГ­ parada, sosteniendo a Sasha con ambos brazos, mirГЎndola.

“Estoy lista”, dice ella.

Salimos apresuradamente por la puerta principal y Logan se vuelve y ve a Sasha.В  Mueve la cabeza negando.

“¿A dónde la llevan?”, pregunta.

“Al río”, digo yo.

Г‰l mueve la cabeza en seГ±al de desaprobaciГіn.

“El reloj sigue caminando”, dice. “Quedan 15 minutos, antes de regresar. ¿Dónde está la comida?”

“Aquí no está”, le digo. “Tenemos que ir más arriba, a una cabaña que encontré.  Podemos hacerlo en 15 minutos”.

Camino con Bree hacia el camiГіn y meto la tirolina y la bolsa en la parte trasera. Conservo los sacos vacГ­os, sabiendo que los necesitarГ© para llevar la comida.

“¿Para qué es esa cuerda?”, pregunta Logan, caminando detrás de nosotras. “No vamos a necesitarla”.

“Nunca se sabe”, le digo.

Volteo, pongo un brazo alrededor de Bree, quien todavГ­a se queda mirando a Sasha, y la parto, mirando hacia la montaГ±a.

“Andando”, le digo a Logan.

De mala gana, se vuelve y camina con nosotras.

Los tres caminamos hacia la montaГ±a, el viento sopla cada vez mГЎs fuerte y frГ­o.В  Miro con preocupaciГіn el cielo; estГЎ oscureciendo mГЎs rГЎpido de lo que pensГ©. SГ© que Logan tiene razГіn: tenemos que estar de vuelta en el rГ­o al caer la noche.

Y ya que tenemos encima la puesta del sol, me siento cada vez mГЎs preocupada.В  Pero tambiГ©n sГ© que tenemos que conseguir la comida.

Los tres subimos arduamente la ladera de la montaГ±a, y finalmente llegamos al claro de la cima, mientras una fuerte rГЎfaga me golpea la cara. EstГЎ haciendo mГЎs frГ­o y oscurece rГЎpidamente.

Rememoro mis pasos a la cabaГ±a, la nieve es mГЎs espesa aquГ­; siento que me perfora las botas a medida que avanzo.В  La veo, todavГ­a oculta, cubierta de nieve, sigue estando bien oculta y manteniendo el anonimato mГЎs que nunca.В  Me apresuro hacia ella y abro con fuerza la puerta. Logan y Bree estГЎn detrГЎs de mГ­.

“Qué buen descubrimiento”, dice, y por primera vez escucho admiración en su voz. “Está bien escondida.  Me gusta.  Casi es suficiente para querer quedarme aquí—si los tratantes de esclavos no nos estuvieran persiguiendo y si tuviéramos un suministro de alimentos”.

“Lo sé”, le digo, mientras entro a la pequeña casa.

“Es hermosa”, dice Bree. “¿Esta es la casa a la que nos íbamos a mudar?”.

Volteo a verla, sintiГ©ndome mal.В  Asiento con la cabeza.

“Será en otra ocasión, ¿de acuerdo?”.

Ella entiende.В  Tampoco estГЎ ansiosa por esperar a los tratantes de esclavos.

Entro apresuradamente y abro la puerta de la trampilla y bajo la escalera empinada. EstГЎ oscuro aquГ­ y palpo mi camino. Extiendo la mano y toco una fila de envases, tintineando al tocarlos.В  Son los tarros.В  No pierdo tiempo. Saco mis bolsas y las lleno lo mГЎs rГЎpidamente posible con los tarros. Apenas puedo descrifrarlos ya que la bolsa se pone pesada, pero recuerdo que habГ­a mermelada de frambuesas, de zarzamora, pepinillos, pepinos. Lleno la bolsa lo mГЎs que puedo y luego levanto la mano y se lo entrego en la escalera a Logan.В  Г‰l la sujeta y yo lleno tres mГЎs.

Saco todo lo que estГЎ en la pared.

“Ya no más”, dice Logan. “No podría cargarla. Y está oscureciendo. Tenemos que irnos”.

Ahora habla con mГЎs respeto en su voz.В  Obviamente, estГЎ impresionado con el alijo que encontrГ©, y por fin reconoce lo mucho que necesitГЎbamos que viniera.

Me ofrece la mano pero yo subo sola la escalera, no necesitando su ayuda y todavГ­a ofendida por su actitud anterior.

Estando otra vez en la cabaГ±a, sujeto dos de los pesados sacos mientras Logan toma los demГЎs. Los tres nos apresuramos para salir de la cabaГ±a y rГЎpidamente retomamos nuestros pasos para bajar por el sendero empinado. En cuestiГіn de minutos estamos de regreso en el camiГіn y me siento aliviada al ver que todo sigue ahГ­.В  Veo al horizonte y no hay seГ±al de actividad en algГєn lugar de la montaГ±a ni en el valle distante.

Subimos al camiГіn, doy vuelta a la marcha, feliz de que arranque, y despegamos hacia el sendero. Tenemos comida, vГ­veres, a nuestra perrita y pude decir adiГіs a la casa de mi papГЎ.В  Me siento satisfecha.В  Siento que Bree, que estГЎ sentada junto a mГ­, tambiГ©n estГЎ satisfecha.В  Logan mira afuera de la ventanilla, perdido en su propio mundo, pero no puedo evitar sentir que Г©l piensa que tomamos la decisiГіn correcta.


*

El viaje de regreso a la montaГ±a no tuvo incidentes, los frenos de este viejo camiГіn funcionan bien, para mi sorpresa. En algunos lugares, donde estГЎ muy empinado, es mГЎs un deslizamiento controlado que un frenado, pero en unos minutos habremos salido de lo peor, y volveremos a la estable Ruta 23, rumbo al Este. Tomamos velocidad, y por primera vez en mucho tiempo, me siento optimista.В  Tenemos algunas herramientas valiosas y suficiente comida para varios dГ­as.В  Me siento bien,В  realizada, al bajar por la Ruta 23, a unos minutos de distancia de la lancha.

Y entonces, todo cambia.

Freno de golpe cuando una persona aparece de repente, agitando sus brazos histГ©ricamente, bloqueando nuestro camino.В  EstГЎ a escasos cuarenta y cinco metros y tengo que clavar los frenos, haciendo que el camiГіn patine.

“¡NO TE DETENGAS!”, ordena Logan. “¡Sigue conduciendo!” Lo dice usando un tono de voz como de militar.

Pero no puedo escuchar.В  Hay un hombre ahГ­, parado, indefenso, vistiendo Гєnicamente unos pantalones vaqueros deshilachados y un chaleco sin mangas, en el frГ­o polar. Г‰l tiene una barba larga, negra, el cabello revuelto y ojos grandes, negros, delirantes.В  Г‰l es tan delgado, que parece que no ha comido en muchos dГ­as.В  Lleva un arco y una flecha atada a su pecho.В  Es un ser humano, un sobreviviente, como nosotros, eso es obvio.

Г‰l agita sus brazos frenГ©ticamente y no puedo atropellarlo.В  Ni puedo soportar dejarlo.

Nos detenemos abruptamente, a unos centГ­metros de distancia del hombre.В  EstГЎ ahГ­ parado con los ojos abiertos de par en par, como si no esperara que nos detuviГ©ramos realmente.

Logan no pierde el tiempo para salir de un salto, con las dos manos sobre su pistola, apuntando a la cabeza del hombre.

“¡APÁRTATE!”, grita.

Yo tambiГ©n salgo de repente.

El hombre levanta sus brazos, lentamente, aturdido, mientras da varios pasos hacia atrГЎs.

“¡No disparen!”, suplica el hombre. “¡Por favor! ¡Soy como ustedes! Necesito ayuda. Por favor. No pueden dejarme morir aquí. Muero de hambre.  No he comido en varios días.  Déjenme ir con ustedes. Déjenme ir con ustedes. Por favor.  ¡Por favor!”.

Se le quiebra la voz y veo la angustia en su rostro. Entiendo lo que Г©l siente. No hace mucho tiempo, yo estaba igual que Г©l, viviendo de gorra para sobrevivir con cada comida, aquГ­ en las montaГ±as. No estoy mucho mejor ahora.

“¡Tomen esto!”, dice el hombre, quitándose el arco y la carcaza de flechas. “¡Es para ustedes! ¡No es mi intención hacer daño!”.

“Camina despacio”, advierte Logan, sospechando aún.

El hombre extiende la mano con cautela y entrega el arma.

“Brooke, recógelo tú”, dice Logan.

Doy un paso al frente, tomo el arco y las flechas y las pongo en la parte trasera del camiГіn.

“¿Lo ven?”, dice el hombre, sonriendo. “No soy una amenaza. Solamente quiero unirme a ustedes. Por favor. No pueden dejarme morir aquí”.

Lentamente, Logan relaja la guardia y baja un poco su arma.В  Pero mantiene enfocada la mirada en el hombre.

“Lo siento”, dice Logan. “No podemos tener otra boca que alimentar”.

“¡Espera!”, le grito a Logan. “No eres el único que está aquí. Tú no tomas todas las decisiones”. Me dirijo al hombre. “Cómo te llamas?”, le pregunto. “¿De dónde eres?”.

Me mira con desesperaciГіn.

“Me llamo Rupert”, dice él. “He sobrevivido aquí durante dos años.  Yo ya te había visto a ti y a tu hermana.  Cuando los tratantes de esclavos se la llevaron, intenté ayudar. ¡Soy quien taló ese árbol!”.

Mi corazГіn se rompe cuando dice esto.В  Г‰l es la Гєnica persona que intentГі ayudarnos.В  No puedo dejarlo aquГ­.В  No es correcto.

“Tenemos que llevarlo”, le digo a Logan. “Podemos hacer espacio para uno más”.

“No lo conoces”, dice Logan. “Además, no tenemos comida”.

“Puedo cazar”, dice el hombre. “Tengo la flecha y el arco”.

“Te está siendo de mucha ayuda aquí arriba”, dice Logan.

“Por favor”, dice Rupert. “Puedo ayudar. Por favor. No quiero su comida”.

“Lo llevaremos”, le digo a Logan.

“No, no lo llevaremos”, contesta. “No conoces a este hombre. No sabes nada de él”.

“No sé gran cosa de ti”, le digo a Logan, sintiendome más enojada. Odio que sea tan cínico, tan reservado. “Tú no eres la única persona que tiene derecho a vivir”.

“Si lo llevas, nos pondrás en peligro a todos”, dice. “No solamente a ti. También a tu hermana”.

“Somos tres personas, hasta donde sé”, se escucha la voz de Bree.

Volteo a ver que ella saliГі del camiГіn y estГЎ parada detrГЎs de nosotros.

“Y eso significa que somos una democracia. Y mi voto cuenta. Voto por llevarlo.  No podemos dejarle aquí para que muera”.

Logan mueve la cabeza, parece enojado.В  Sin decir otra palabra, su mandГ­bula se enducrece, vuelve a subir al camiГіn.

El hombre me mira con una gran sonrisa, su cara tiene miles de arrugas.

“Gracias”, dice susurrando. “No sé cómo agradecerte”.

“Sólo date prisa, antes de que él cambie de opinión”, digo, mientras volvemos al camión.

Al acercarse Rupert a la puerta, Logan dice: “No te sentarás adelante. Entra en la parte trasera del camión”.

Antes de que yo pueda discutir, Rupert sube feliz en la parte trasera del camiГіn.В  Bree entra y yo tambiГ©n y nos vamos.

Es un estresante recordatorio del viaje de regreso al rГ­o.В  Conforme avanzamos, el cielo se oscurece; constantemtne observo la puesta del sol, de un rojo sangriento a travГ©s de las nubes. EstГЎ haciendo mГЎs frГ­o cada segundo, y la nieve se estГЎ endureciendo conforme avanzamos, convirtiГ©ndose en hielo en algunos lugares, lo que hace mГЎs inestable la conducciГіn. El indicador de gasolina estГЎ disminuyendo, parpadea en rojo y aunque nos falta kilГіmetro y medio para llegar, siento como si estuviГ©ramos luchando por cada centГ­metro.В  TambiГ©n siento cГіmo Logan estГЎ desasosegado por nuestro nuevo pasajero.В  Es un desconocido mГЎs. Una boca mГЎs que alimentar.

En silencio obligo al camiГіn a seguir adelante, al cielo a mantener la luz, a la nieve a que no se endurezca, mientras piso a fondo el acelerador. Justo cuando creo que nunca vamos a llegar allГЎ, rodeamos la curva, y veo nuestra salida. Giro con fuerza sobre el estrecho camino de tierra, que desciende hacia el rГ­o, obligando al camiГіn a lograrlo. SГ© que la lancha estГЎ a solo ciento ochenta metros de distancia.

Damos vuelta en otra curva, y al hacerlo, mi corazГіn se llena de alivio cuando veo la lancha.В  TodavГ­a estГЎ ahГ­, flotando en el agua, y veo a Ben ahГ­ parado, parece nervioso, mirando al horizonte esperando que nos acerquemos.

“¡Nuestra lancha!”, grita Bree emocionada.

Este camino tiene mГЎs baches cuando aceleramos cuesta abajo.В  Pero vamos a lograrlo. Me siento aliviada.

Sin embargo, al ver el horizonte, a lo lejos veo algo que me hace sentir descorazonada.В  No puedo creerlo. Logan debe estarlo viГ©ndolo al mismo tiempo.

“Maldita sea”, susurra.

A lo lejos, en el Hudson, está la lancha de un tratante de esclavos—una lancha motora grande, brillante, elegante, negra, que se acerca rápidamente hacia nosotros. Es del doble de tamaño de la nuestra, y estoy segura de que está mucho más equipada. Para empeorar las cosas, veo otra lancha detrás de esa, más atrás.

Logan tenГ­a razГіn.В  Estaban mucho mГЎs cerca de lo que creГ­.

Oprimo el freno y patinamos hasta detenernos como a nueve metros de la costa.В  Pongo la palanca de cambios en estacionar, abro la puerta y salgo, preparГЎndome para correr hacia la lancha.

De repente, algo anda muy mal.В  Siento que no puedo respirar y un brazo rodea mi garganta; despuГ©s siento que me arrastran hacia atrГЎs.В  Me estoy sofocando, viendo estrellas, y no entiendo quГ© estГЎ pasando.В  ВїLos tratantes de esclavos nos tendieron una emboscada?

“No te muevas”, sisea una voz en mi oído.

Siento algo afilado y frГ­o contra mi garganta y me percato de que es un cuchillo.

Es entonces que me doy cuenta de lo que ha sucedido. Rupert. El desconocido. Г‰l me ha tendido una emboscada.




TRES


“¡BAJA TU ARMA!”, grita Rupert. “¡YA!”.

Logan estГЎ a unos metros de distancia, levanta su pistola, apuntando a mi cabeza.В  La sostiene y veo que delibera acerca de dispararle a este hombre. Veo que quiere hacerlo, pero le preocupa herirme.

Ahora me doy cuenta de lo tonta que fui al recoger a esta persona.В  Logan habГ­a estado en lo cierto.В  Yo deberГ­a hacerle hecho caso.В  Rupert nos estuvo usando todo el tiempo, querГ­a tomar nuestra lancha y alimentos y suministros y quedarse con todo. EstГЎ totalmente desesperado. Me doy cuenta de repente de que seguramente va a matarme. No tengo duda de ello.

“¡Dispara!”, le digo gritando a Logan. “¡Hazlo!”.

Confío en Logan—sé que es un gran tirador.  Pero Rupert me sostiene fuertemente y veo a  Logan indeciso, inseguro. Es en ese momento que veo en los ojos de Logan el miedo que tiene de perderme.  Se preocupa, después de todo.  Realmente le importa.

Lentamente, Logan tiende la pistola, con la mano abierta, despuГ©s la coloca suavemente en la nieve.В  Me siento descorazonada.

“¡Suéltala!”, le ordena.

“¡La comida!”, responde Rupert, siento su aliento caliente en mis oídos. “¡Esos sacos! ¡Tráemelos! ¡Ahora!”.

Logan camina lentamente hacia la parte trasera del camiГіn, extiende la mano y toma los cuatro pesados sacos, y camina hacia el hombre.

“¡Ponlos en el suelo!”, grita Rupert. “¡Lentamente!”

Poco a poco, Logan los pone en el suelo.

A lo lejos, oigo el zumbido de los motores de los tratantes de esclavos, acercГЎndose.В  No puedo creer lo tonta que fui.В  Todo se estГЎ derrumbando ante mis ojos.

Bree baja del camiГіn.

“¡Suelta a mi hermana!”, le dice gritando.

Es entonces cuando veo el futuro desentraГ±ГЎndose ante mis ojos. Veo lo que pasarГЎ. Rupert me cortarГЎ el cuello, despuГ©s le quitarГЎ el arma a Logan y lo matarГЎ a Г©l y a Bree. DespuГ©s, a Ben y a Rose. Nos robarГЎ la comida y la lancha y se irГЎ.

Que me mate es una cosa. Pero latimar a Bree, es diferente. Es algo que no puedo permitir.

De pronto, reacciono. Vienen a mi memoria imГЎgenes de mi papГЎ, de su rudeza, de los movimientos de combate cuerpo a cuerpo que me enseГ±Гі. De los puntos de presiГіn.В  De los golpes. Llaves. De cГіmo salir casi de cualquier cosa. De cГіmo hacer que un hombre caiga de rodillas con un solo dedo. Y de cГіmo quitar un cuchillo del cuello.

Evoco algunos reflejos antiguos y dejo que mi cuerpo se haga cargo.В  Levanto la parte interna de mi codo quince centГ­metros, y lo llevo hacia atrГЎs, apuntando a su plexo solar.

Doy un fuerte golpe, donde querГ­a.В  Su cuchillo se clava un poco mГЎs en mi cuello, araГ±ГЎndolo, y me duele.

Pero al mismo tiempo, lo escucho resollar, y me doy cuenta de que mi golpe funcionГі.

Doy un paso hacia adelante, alejo su brazo de mi garganta y doy una patada hacia atrГЎs, golpeГЎndolo con fuerza entre las piernas.

Г‰l tropieza de espaldas unos centГ­metros y se derrumba en la nieve.

Respiro profundamente, jadeando, mi garganta me estГЎ matando. Logan va por su pistola.

Me doy vuelta y veo a Rupert salir corriendo hacia nuestra lancha.В  Da tres grandes pasos y salta directamente al centro de Г©sta.В  Con ese mismo movimiento, estira la mano y corta la cuerda que sostiene a la lancha a la orilla.В  Todo ocurre en un abrir y cerrar de ojos; no puedo creer lo rГЎpido que lo hace.

Ben estГЎ ahГ­ parado, aturdido y confundido, sin saber cГіmo reaccionar. Rupert, por otro lado, no vacila: Г©l salta hacia Ben y lo golpea con fuerza en la cara con la mano que tiene libre.

Ben tambalea y cae y es derribado, y antes de que se pueda levantar, Rupert lo sujeta por detrГЎs con una llave, y pone el cuchillo en su cuello.

Г‰l se vuelve frente anosotros, usando a Ben como escudo humano.В  En el interior de la lancha, Rose se encoge de miedo y grita, y PenГ©lope ladra como loca.

“¡Si me disparan, también morirá él!”, grita Rupert.

Logan recupera su arma y estГЎ ahГ­ parado, apuntando.В  Pero no es un tiro fГЎcil.В  La lancha se desplaza lejos de la orilla, a unos catorce metros de distancia, balanceГЎndose salvajemente con la marea. Logan tiene casi cinco centГ­metros de alcance para sacarlo, sin matar a Ben. Logan vacila y puedo ver que no quiere arriesgarse a matar a Ben, ni siquiera para que sobrevivamos. Es la caracterГ­stica que lo redime.

“¡Las llaves!”, dice Rupert gritando a Ben.

Ben, en su haber, por lo menos ha hecho algo bueno: debe haber escondido las llaves en algГєn lugar cuando vio acercarse a Rupert.В  Fue un movimiento inteligente.

A lo lejos, de repente veo a los tratantes de esclavos salir a la luz, mientras el zumbido de sus motores se hace más fuerte. Tengo un creciente sentido de temor, de desamparo. De impotencia. No sé qué hacer. Nuestra lancha está muy lejos de la orilla para llegar a ella—y aunque pudiéramos hacerlo, Rupert podría matar a Ben en el proceso.

PenГ©lope ladra y salta de las manos de Rose, corre por la lancha, y clava sus dientes en la pantorrilla de Rupert.

Г‰l grita y momentГЎneamente suelta a Ben.

Resuena un disparo.В  Logan encontrГі su oportunidad y no perdiГі el tiempo.

Es un tiro limpio, justo entre los ojos.В  Rupert nos mira por un momento, mientras la bala entra en su cerebro, y tiene los ojos abiertos de par en par.В  Luego cae de espaldas, en el borde de la lancha, como si fuera a sentarse, cae hacia atrГЎs, aterrizando en el agua con un chapoteo.

Todo acabГі.

“¡Acerca la lancha a la orilla!”, grita Logan a Ben. “¡AHORA!”

Ben, todavГ­a aturdido, entra en acciГіn. Г‰l pesca las llaves de su bolsillo, enciende la lancha, y se dirige a la orilla. Tomo dos sacos de comida y Logan sujeta los otros y los lanzamos a la lancha en cuanto llega a la orilla. Tomo a Bree y la subo a la lancha, despuГ©s regreso corriendo al camiГіn.В  Y Logan toma los suministros rescatados y yo tomo a Sasha. DespuГ©s, recordando, corro al camiГіn y tomo el arco y flechas de Rupert. Habiendo metido todos, salto a la lancha y empieza a alejarse.В  Logan se hace cargo del timГіn, pisa el acelerador y nos saca del pequeГ±o canal.

Vamos rápidamente hacia la entrada del Hudson, unos cientos de metros adelante.  En el horizonte, la lancha de los tratantes de esclavos—elegante, negra, amenazante—corre hacia nosotros, tal vez a ochocientos metros de distancia.  Será difícil.  Parece que a duras penas saldremos del canal a tiempo, y apenas tenemos oportunidad de escapar.  Van a estar justo detrás de nosotros.

Vamos en el rГ­o Hudson y justo cuando oscurece, los tratantes de esclavos estГЎn a plena vista.В  EstГЎn escasamente a noventa metros de nosotros y se acercan rГЎpГ­damente. AtrГЎs de ellos, en el horizonte, tambiГ©n veo otra lancha, aunque Г©sa estГЎ a kilГіmetro y medio de distancia.

Estoy segura de que si tuviГ©ramos mГЎs tiempo, Logan me dirГ­a: te lo dije. Y tendrГ­a razГіn.

Al tener estos pensamientos, de repente se oyen disparos.В  Las balas pasan zumbando por nosotros, y una se impacta en un costado de nuestra lancha, destrozando la madera; Rose y Bree gritan.

“¡Agáchense!”, grito.

Me lanzo sobre Bree y Rose, las sujeto y las tiro al suelo. Logan, en su haber, no se inmuta y continГєa conduciendo la lancha. Se desvГ­a un poco, pero no pierde el control. Se agacha mientras conduce, tratando de evitar las balas, mientras tambiГ©n trata de evitar los grandes pedazos de hielo que se empiezan a formar.

Me arrodillo en la parte trasera de la embarcaciГіn, levantando mi cabeza solamente lo necesario, y apunto, al estilo militar, con mi pistola.В  Mi objetivo es el conductor y disparo varios tiros.

Fallo todos, pero logro hacer que cambien de direcciГіn la lancha.

“¡Toma el timón!”, le grita Logan a Ben.

Ben, en su haber, no vacila. Se apresura a ir al frente y toma el timГіn, la lancha cambia de direcciГіn.

Logan se apresura a venir a mi lado, arrodillГЎndose junto a mГ­.

Г‰l dispara y sus balas fallan, rozando su lancha. Ellos contraatacan, y una bala no alcanza mi cabeza por unos centГ­metros.В  Se estГЎn acercando rГЎpidamente.

Otra bala destroza una gran parte de la madera, de la parte posterior de nuestra lancha.

“¡Van a disparar a nuestro tanque de combustible!”, grita Logan. “¡Dispara al de ellos!”

“¿Dónde está?”, grito por encima del rugido del motor y las balas que vuelan.

“¡Está atrás de la lancha, en el costado izquierdo!”, grita él.

“No puedo atinarle”, le digo. “No mientras estén frente a nosotros”.

De repente, se me ocurre una idea.

“¡Ben!”, digo gritando. “Haz que se den la vuelta. ¡Necesitamos apuntar al tanque de combustible!”

Ben no vacila; apenas termino de pronunciar las palabras cuando gira bruscamente el timГіn, y la fuerza me lanza a un costado de la lancha.

Los tratantes de esclavos giran, tambiГ©n, tratando de seguirnos. Y eso expone el costado de su embarcaciГіn.

Me arrodillo, igual que Logan, y disparamos varias veces.

Al principio, nuestra descarga falla.

Vamos. ВЎVamos!

Pienso en mi papГЎ. Mantengo firme mi muГ±eca, respiro profundo, y disparo una vez mГЎs.

Para mi sorpresa, hago un disparo directo.

La lancha de los tratantes de esclavos estalla de repente.В  Media docena de ellos explota en llamas, gritando, mientras la embarcaciГіn acelera fuera de control. Segundos despuГ©s, se estrella de cabeza en la costa.

Otra enorme explosiГіn.В  Su barco se hunde rГЎpidamente, y si alguien sobreviviГі, seguramente se estГЎ ahogando en el rГ­o Hudson.

Ben nos lleva rГ­o arriba, manteniГ©ndonos avanzando en lГ­nea recta, lentamente; me levanto y respiro profundo.В  Casi no puedo creerlo.В  Los matamos.

“Buen tiro”, dice Logan.

Pero no es hora de dormir en nuestros laureles.В  En el horizonte, otra lancha se estГЎ acercando.В  Dudo que tengamos suerte una segunda vez.

“Ya no tengo municiones”, digo.

“Yo casi no tengo”, dice Logan.

“No podemos confrontar a la siguiente embarcación”, digo. “Y no somos lo suficientemente rápidos para aventajarlos”.

“¿Qué sugieres?”, pregunta él.

“Tenemos que escondernos”.

Volteo a ver a Ben.

“Busca un refugio.  Hazlo ahora. Tenemos que ocultar esta lancha. ¡AHORA!”

Ben acelera y yo corro al frente, y me detengo junto a Г©l, explorando el rГ­o por si hay algГєn posible escondite. Tal vez, si tenemos suerte, pasarГЎn corriendo frente a nosotros.

Pero posiblemente eso no ocurrirГЎ.




CUATRO


Todos exploramos el horizonte desesperadamente, y por último, a la derecha, vemos una ensenada estrecha. Nos lleva a una estructura oxidada de una vieja embarcación. “¡Ahí, a la derecha!”, le digo a Ben.

“¿Y si nos ven?”, pregunta él. “No hay salida. Estaremos atorados. Nos matarán”.

“Es un riesgo que tenemos que correr”, le digo.

Ben gana velocidad, haciendo un giro brusco a la ensenada estrecha.В  Corremos mГЎs allГЎ de las puertas oxidadas, la angosta entrada de un viejo y oxidado almacГ©n.В  Al pasar, Г©l apaga el motor, despuГ©s gira a la izquierda, escondiГ©ndonos detrГЎs de la costa, mientras flotamos en el agua. Miro la estela que dejamos a la luz de la luna, y ruego para que se calme lo suficiente para que tratantes de esclavos no nos sigan la pista.

Todos nos sentamos ansiosamente en silencio, flotando en el agua, observando, esperando. El rugido del motor de los tratantes de esclavos se hace mГЎs fuerte y contengo la respiraciГіn.

Por favor, Dios. Haz que sigan de frente.

Los segundos parecen durar horas.

Finalmente, su embarcaciГіn pasa zumbando por delante de nosotros, sin frenar ni por un segundo.

Contengo la respiraciГіn diez segundos mГЎs, mientras el ruido del motor de su lancha se hace imperceptible, y rezo para que no regresen por nuestro camino.

No vuelven. FuncionГі.


*

Ha pasado casi una hora desde que nos detuvimos aquГ­, y estamos todos apiГ±ados juntos, anonadados, en nuestra lancha. Apenas nos movemos por miedo a ser detectados. Pero no he oГ­do un sonido desde entonaces, y no hemos detectado ninguna acciГіn desde que su embarcaciГіn pasГі cerca de nosotros. Me pregunto a dГіnde habrГЎn ido. ВїSiguen corriendo por el Hudson, yendo al norte, en la oscuridad, pensando que estamos cerca? ВїO se espabilaron y estГЎn regresando, peinando la costa, buscГЎndnos? No puedo evitar sentir que sГіlo serГЎ cuestiГіn de tiempo para que regresen por aquГ­.

Pero, mientras me estiro en la lancha, pienso que todos estamos empezando a sentirnos mГЎs relajados, un poco menos cautelosos. AquГ­ estamos bien escondidos, dentro de esta estructura oxidada, y aunque regresaran, no veo cГіmo puedan detectarnos los tratantes de esclavos.

Mis piernas y pies están están acalambrados de estar sentados; está haciendo más frío y me estoy congelando. Noto por los dientes de Bree y de Rose que castañean, que también están congeladas.  Quisiera tener mantas o ropa para darles, o algún tipo de calor.  Me gustaría poder hacer una fogata—no solo para calentarlos, sino para poder vernos entre nosotros, para confortarnos viéndonos a la cara.  Pero sé que eso es imposible.  Sería demasiado arriesgado.

Veo a Ben sentado ahГ­, apiГ±ado, temblando y recuerdo los pantalones que rescatГ©.В  Me levanto, y la lancha se balancea, y me acerco a mi saco y busco adentro y los saco. Los lanzo a Ben.

Caen sobre su pecho, mientras me mira, confundido.

“Deben caberte”, le digo. “Prúebatelos”.

Él lleva unos pantaones vaqueros andrajosos, llenos de agujeros, son demasiados delgados y están mojados.  Lentamente, se inclina y se quita las botas, después se pone los pantalones de cuero sobre los suyos.  Se ven graciosos en él, son los pantalones militares del tratante de esclavos—pero como sospechaba, le quedan perfectamente.  Sube la cremallera sin hablar, mientras se inclina hacia atrás, y puedo ver el agradeciiento en sus ojos.

Siento que Logan me mira y siento que está celoso de mi amistad con Ben. Él ha estado así desde que vio a Ben besarme en la Estación Penn. Es incómodo, pero no puedo hacer nada al respecto. Me agradan los dos, de diferentes maneras. Nunca había conocido a dos personas más distintas entre sí—sin embargo, les encuentro parecido.

Me acerco a Bree, que sigue temblando, acurrucada con Rose; PenГ©lope en su regazo, y me siento junto a ella, pongo mi brazo sobre ella y la beso en la frente.В  Ella apoya su cabeza en mi hombro.

“No te preocupes Bree”, le digo.

“Tengo hambre”, dice en voz baja.

“Yo también”, repite Rose.

PenГ©lope lloriquea suavemente, y puedo notar que ella tambiГ©n tiene hambre. Ella es mГЎs lista que cualquier otro perro que he conocido.В  Y valiente, pese a estar temblando. Es increГ­ble que haya mordido a Rupert cuando lo hizo, y si no hubiera sido por ella, tal vez ninguno de nosotros estarГ­amos aquГ­.В  Me inclino para acariciar su cabeza y ella me lame la mano nuevamente.

Ahora que mencionan la comida, me doy cuenta de que es una buena idea. He estado intentando reprimir mis ataques de hambre demasiado tiempo.

“Tienes razón”, le digo. “Vamos a comer”.

Las dos me ven con los ojos abiertos de par en par con esperanza y expectativa.В  Me levanto, cruzo la lancha y alcanzo uno de los sacos.В  Saco dos grandes frascos de mermelada de frambuesa y le doy uno a Bree, desenroscГЎndoselo.

“Compartan este frasco”, les digo a ellos. “Nosotras tres compartiremos el otro”.

Abro el otro frasco y lo paso a Logan, y él mete su dedo, toma una gran cantidad y la pone en su boca.  Respira profundamente lleno de satisfacción—debe haber estado hambriento.

Se lo entrega a Ben, quien toma una tambiГ©n, despuГ©s yo meto el dedo y tomo un puГ±ado y lo pongo en mi lengua. Siento el subidГіn de azГєcar, mientras la frambuesa satisface mis sentidos, y probablemente es la mejor que he probado. SГ© que no es una comida, pero es como si lo fuera.

Parece que soy la encargada de la comida, asГ­ que nuevamente me acerco a las bolsas y tomo lo que queda de nuestras galletas y le doy una a cada persona, incluyГ©ndome a mГ­ misma. Miro a Bree y a Rose comiendo alegremente la mermelada, y con cada puГ±ado, le dan uno a PenГ©lope.В  Ella lame sus dedos como loca, lloriqueando al hacerlo. La pobre debe estar tan hambrienta como nosotras.

“Regresarán, ¿saben?”, se oye una voz de mal agüero, junto a mí.

Volteo y veo a Logan sentГЎndose, limpiando su arma, mirГЎndome.

“¿Lo sabes, verdad?”, dice presionándome. “Estando aquí, somos presa fácil”.

“¿Qué propones?”, le pregunto.

Se encoge de hombros y aparta la mirada, decepcionado.

“Nunca debimos habernos detenido. Deberíamos haber seguido avanzando, como dije”.

“Pues, ya es tarde ahora”, le digo, molesta. “Deja de quejarte”.

Me estoy cansando de su pesimismo a cada paso, me estoy hartando de nuestra lucha por el poder.В  Me molesta tenerlo cerca, aunque al mismo tiempo, le estoy agradecida.

“Ninguna de nuestras opciones son buenas”, dice él. “Si vamos río arriba esta noche, podríamos encontrarlos.  Podría arruinarse la lancha. Podríamos toparnos con el hielo que flota, o alguna otra cosa. O peor, podrían atraparnos. Si nos vamos en la mañana, pueden vernos en la luz. Podríamos navegar, pero podrían estarnos esperando”.

“Entonces vámonos en la mañana”, le digo. “Al amanecer. Iremos al norte y esperemos que ellos regresen hacia el sur”.

“¿Y si no lo hicieran?”, pregunta él.

“¿Tienes alguna idea mejor? Tenemos que alejarnos de la ciudad, no ir hacia ella. Además, Canadá está al norte, ¿no es así?”

Da media vuelta y mira hacia otro lado, suspirando.

“Podríamos quedarnos aquí”, dice él. “Esperar algunos días. Para asegurarnos que nos pasen primero”.

“¿Con este clima? Si no conseguimos un refugio, moriremos de frío.  Y se nos habrá terminado la comida para entonces.  No podemos quedarnos aquí.  Tenemos que seguir adelante”.

“¿Ah, ahora quieres seguir adelante?”. pregunta.

Lo miro fijamente—está empezando a sacarme de quicio.

“Está bien”, dice él. “Nos iremos al amanecer. Mientras tanto, si vamos a pasar la noche aquí, tenemos que hacer guardia.  En turnos.  Yo empezaré, después tú, y luego Ben. Duerman ustedes ahora.  Ninguno de nosotros hemos dormido y lo necesitamos. ¿De acuerdo?”, pregunta, primero me mira a mí y después a Ben.

“De acuerdo”, respondo.  Él tiene razón.

Ben no responde, sigue con la mirada perdida, perdido en su propio mundo.

“Oye”, dice Logan con rudeza, echándose hacia atrás y pateando su pie. “Te estoy hablando. ¿Trato hecho?”

Ben gira lentamente y lo mira, aГєn sin concentrarse, y luego asiente con la cabeza. Pero no sГ© si realmente lo escuchГі.В  Me siento mal por Ben; es como si no estuviera aquГ­ realmente. Claramente, el dolor y la culpa por su hermano lo consumen.В  No imagino por lo que estГЎ pasando.

“Bien”, dice Logan. Revisa sus municiones, amartilla su arma, y salta de la lancha al muelle que está junto a nosotros. La embarcación se mece, pero no se aleja. Logan se para en el muelle seco, examinando el entorno. Se sienta en un poste de madera y mira en la oscuridad, con el arma sobre su regazo.

Me instalo junto a Bree, poniendo mi brazo alrededor de ella.В  Rose tambiГ©n se inclina, y envuelvo mi brazo alrededor de las dos.

“Descansen un poco. Nos espera un largo día mañana”, digo, preguntándome en secreto si ésta será nuestra última noche en la Tierra. Preguntándome si habrá un mañana.

“No hasta que me encargue de Sasha”, dice Bree.

Sasha. Casi la olvido.

Veo el cadГЎver congelado de nuestra perrita, a un costado de la lancha.В  Me cuesta trabajo creer que la trajimos aquГ­.В  Bree es una ama fiel.

Bree se levanta, cruza la embarcaciГіn en silencio y se pone de pie ante Sasha. Se arrodilla y le acaricia la cabeza.В  Sus ojos se iluminan con la luz de la luna.

Me acerco y me arrodillo a su lado.В  TambiГ©n acaricio a Sasha, por siempre agradecida con ella por protegernos.

“¿Te ayudo a enterrarla?”, le pregunto.

Bree asiente con la cabeza, mirando hacia abajo, mientras cae una lГЎgrima.

Juntas bajamos las manos para recoger a Sasha, y nos inclinamos hacia adelante con ella, por el costado de la embarcaciГіn.В  Ambas la sujetamos, ninguna de las dos queremos soltarla.В  Miro hacia abajo, en el agua oscura y congelada, del rГ­o Hudson que estГЎ abajo, con las olas flotando.

“¿Quieres decir algo?”, le pregunto, “Antes de soltarla”.

Bree mira hacia abajo, parpadeando para contener las lГЎgrimas, con su rostro iluminado por la luz de la luna.В  Se ve angelical.

“Ella fue una buena perrita. Me salvó la vida.  Espero que esté ahora en un lugar mejor. Y espero que la vuelva a ver”, dice con la voz entrecortada.

Nos estiramos todo lo que podemos y colocamos dentro a Sasha. Con una ligera salpicadura, su cadГЎver cae al agua. Flota uno o dos segundos y empieza a hundirse. Las olas del rГ­o Hudson son fuertes y rГЎpidamente tiran de ella, hacia mar abierto. Vemos cГіmo flota, medio sumergida, a la luz de la luna, yendo a la deriva, cada vez mГЎs lejos. Siento que se me rompe el corazГіn. Me recuerda lo cerca que estuvo de que me quitaran a Bree para siempre, de ser arrastrada por el rГ­o Hudson, igual que Sasha.


*

No sГ© cuГЎntas horas han pasado.В  Ya es de noche, y estoy ahГ­ acostada en la lancha, hecha un ovillo alrededor de Bree y de Rose, pensando, sin poder dormir. Ninguno de nosotros ha dicho una palabra desde que enterramos a Sasha en el agua.В  Todos estamos ahГ­ sentados, en un silencio sombrГ­o, la lancha meciГ©ndose suavemente. A pocos pies de nosotros estГЎ Ben sentado, perdido en su mundo. Parece mГЎs muerto que vivo; a veces, cuando lo miro, siento que estoy viendo a un fantasma caminando.В  Es extraГ±o: estamos todos ahГ­ sentados, pero cada quien estГЎ en su mundo.

Logan estГЎ a nuevemetros, vigilando el muelle, con el arma en la mano, mirando el entorno.В  Lo imagino como soldado.В  Me da gusto que nos proteja en el primer turno.В  Estoy agotada, mis huesos estГЎn cansados, y no tengo ganas de tomar el siguiente turno.В  SГ© que deberГ­a estar durmiendo, pero no puedo. Tumbada ahГ­, con Bree en mis brazos, mi mente vuela.

Pienso en lo loco, loco, que es el mundo ahora.  Me cuesta trabajo creer que todo esto sea real.  Es como una larga pesadilla que no termina. Cada vez que siento que estoy a salvo, algo sucede.  Pensándolo bien, casi no puedo creer lo cerca que he estado de perder la vida a manos de Rupert. Fue muy tonto de mi parte tener piedad de él, dejarlo venir con nosotros. Todavía no puedo entender por qué se asustó.  ¿Qué esperaba ganar? ¿Estaba tan desesperado que iba a matarnos a todos, tomar nuestra embarcación y desaparecer—sólo para tener más comida para él? ¿Y a dónde la habría llevado? ¿Solamente era una mala persona? ¿Era un psicópata? ¿O era un buen hombre y llevaba tantos años solo y hambriento y congelado que lo hicieron colapsar?

Quiero pensar que fue lo Гєltimo, que en el fondo era un buen hombre que enloqueciГі por las circunstancias. Eso espero.В  Pero nunca lo sabrГ©.

Cierro mis ojos y pienso en lo cerca que estuve de ser asesinada, en cГіmo sentГ­ el frГ­o metal de su cuchillo contra mi cuello.В  La prГіxima vez, no confiarГ© en nadie. No me detendrГ© por nadie. No le creerГ© a nadie.В  HarГ© todo lo que pueda para asegurarme que Bree y Rose y yo y los demГЎs sobrevivamos. No me arriesgarГ© mГЎs.В  No tomarГ© mГЎs riesgos. Si esto significa volverme insensible, pues asГ­ serГЎ.

En retrospectiva, creo que cada hora en el Hudson ha sido una batalla de vida o muerte.В  No sГ© cГіmo podremos llegar a CanadГЎ. Me sorprenderГЎ poder sobrevivir los prГіximos dГ­as, o incluso los siguientes kilГіmetros en el agua. SГ© que no tenemos muchas posibilidades. Abrazo fuerte a Bree, sabiendo que Г©sta puede ser nuestra Гєltima noche juntas.В  Por lo menos moriremos luchando, sobre nuestros pies, y no como esclavas o prisioneras.

“Tuve mucho miedo”, dice Bree.

Su voz me asusta en la oscuridad.В  Es tan suave, Primero me asombrГ© de que hablara. Llevaba horas sin decier nada y pensГ© que estaba dormida.

Volteo a verla y sus ojos estГЎn abiertos, mirando con miedo.

“¿Qué te dio miedo, Bree?”.

Ella mueva su cabeza y espera varios segundos antes de hablar.В  Me doy cuenta de que estГЎ recordando.

“Ellos me secuestraron.  Yo estaba sola. Después me subieron a un autobús y me llevaron en una embarcación. Todas estábamos encadenadas.  Hacía mucho frío, todas teníamos mucho miedo. Me metieron a esa casa y no creerías las cosas que vi. Lo que le hacían a esas otras chicas. Todavía escucho sus gritos.  No puedo sacarlos de mi mente”.

Su rostro se arruga y empieza a llorar.

Mi corazГіn se rompe en mil pedazos.В  No puedo ni imaginar lo que ha pasado.В  No quiero que piense en ello. Siento que quedarГЎ marcada para siempre y que es mi culpa.

La abrazo con fuerza y le doy un beso en la frente.

“Shhh”, susurro. “Tranquila. Eso ya quedó en el pasado. Ya no pienses más en eso”.

Pero aГєn asГ­, sigue llorando.

Bree entierra su cara en mi pecho.В  La arrullo mientras llora y llora.

“Lo siento mucho, mi amor”, le digo. “Lo lamento mucho”.

Quisiera poder borrar todo eso de su mente. Pero no puedo.В  Ahora forma parte de ella. Siempre quise protegerla, cuidarla de todo.В  Y ahora su corazГіn estГЎ lleno de cosas horribles.

Mientras la mezo, quisiera que pudiГ©ramos estar en cualquier otro lugar y no aquГ­.В  Quisiera que las cosas fueran como antes.В  Regresar el tiempo.В  Volver a cuando el mundo era bueno. Volver a cuando tenГ­amos a nuestros padres. Pero no podemos.В  Estamos aquГ­.

Y siento un desazón – estoy preocupada, sintiendo que las cosas empeorarán.


*

Me despierto y me doy cuenta que es de dГ­a. No sГ© cГіmo puede ser tan tarde, ni cГіmo dormГ­ tanto tiempo. Veo alrededor de la lancha y estoy totalmente desorientada.В  No entiendo quГ© es lo que estГЎ pasando.В  Nuestra embarcaciГіn estГЎ flotando a la deriva, en el Hudson, en medio del enorme rГ­o. Bree y yo estamos solas en la lancha.В  No sГ© dГіnde estГЎn los demГЎs y no puedo entender cГіmo llegamos aquГ­.

La dos estamos en el borde de la lancha, mirando al horizonte, y veo que tres embarcaciones de los tratantes de esclavos vienen corriendo hacia nosotras.

Trato de entrar en acciГіn, pero siento que me atan los brazos por detrГЎs. Volteo a ver a varios tratantes de esclavos en la lancha, y noto que me han esposado por detrГЎs, y me sostienen por atrГЎs. Lucho con todas mis fuerzas, no puedo hacer nada.

Se detiene una lancha de los tratantes de esclavos y uno de ellos baja, una mГЎscara cubre su rostro, sube a nuestra embarcaciГіn, se agacha y sujeta a Bree. Ella se retuerce, pero no puede contra Г©l.В  La levanta de un brazo y empieza a llevГЎrsela.

“¡BREE! ¡NO!”, grito.

Lucho con todas mis fuerzas, pero es inГєtil. Me veo obligada a estar ahГ­ parada, mientras se llevan a Bree, pateando y gritando hacia su lancha. Su barco se aleja en la corriente, hacia Manhattan. Al poco tiempo, ya van lejos.

Mientras veo a mi hermanita alejarse mГЎs y mГЎs de mГ­, sГ© que esta vez la perdГ­ para siempre.

Grito, es un grito sobrenatural, suplicando, llorando para que regrese mi hermana conmigo.

Me despierto sudando.В  Me incorporo como relГЎmpago, respirando agitadamente, mirando alrededor, tratando de averiguar lo que ocurriГі.

Fue una pesadilla. Veo alrededor y Bree estГЎ acostada junto a mГ­; todos los demГЎs estГЎn dormidos en la lancha. Fue un sueГ±o.В  Nadie ha venido. Nadie se ha llevado a Bree.

Trato de recuperar mi respiraciГіn, mi corazГіn sigue palpitando fuertemente. Me incorporo y veo al horizonte y empieza a amanecer, hay una franja tenue en el horizonte. Miro hacia el muelle y veo aВ  Ben haciendo guardia sentado.В  Recuerdo que Logan me despertГі, recuerdo haber hecho guardia.В  DespuГ©s despertГ© a Ben, le di el arma, y tomГі mi lugar. Debo haberme quedado dormida despuГ©s de eso.

Al mirar a Ben, me doy cuenta que se desplomГі. Veo desde aquГ­, con la luz tenue de la aurora, que tambiГ©n estГЎ dormido.В  Se supone que deberГ­a estar haciendo guardia.В  Estamos indefensos.

De repente, detecto movimiento, veo sombras en la oscuridad.В  Parece que un grupo de personas o de criaturas, se acercan a nosotros. Me pregunto si mis ojos me estГЎn engaГ±ando.

Pero despuГ©s, mi corazГіn empieza a palpitar con fuerza en mi pecho, y mi boca se seca, al darme cuenta de que no es un truco de la luz.

No estamos preparados.В  Y la gente nos va a emboscar.




CINCO


“¡BEN!”, grito, sentándome.

Pero es muy tarde.В  Un segundo despuГ©s, nos atacan.

Uno ha tomado a Ben, derribГЎndolo, mientras los otros dos saltan corriendo a nuestra lancha.

La embarcaciГіn se mueve violentamente mientras toman posesiГіn de nuestra lancha.

Logan despierta, pero no a tiempo. Uno de los hombres va directamente hacia Г©l, con el cuchillo en la mano y estГЎ a punto de hundirlo en su pecho.



Reaccionan mis reflejos.В  Me volteo, sujeto el cuchillo de mi cintura, me inclino hacia adelante y lo lanzo. El cuchillo vuela dando vueltas.

Es un tiro perfecto. Se aloja en el cuello del hombre, un segundo antes de que apuГ±ale a Logan. El hombre se derrumba, sin vida, encima de Г©l.

Logan se incorpora y arroja el cadГЎver, y cae en el agua, salpicando.В  Por suerte Г©l tiene laВ  entereza para quitarle el cuchillo antes de lanzarlo.

Otros dos vienen a atacarme. Habiendo un poco mГЎs de luz, puedo ver que no son hombres, son mutantes. Mitad hombres, mitad no sГ© quГ©. Irradiados por la guerra. Son los Locos. Esto me aterra: esos tipos, a diferencia de Rupert, son muy fuertes, sumamente malos, y no tienen nada que perder.

Uno de ellos se dirige a Bree y a Rose, y no puedo permitirlo. Me lanzo hacia Г©l, derribГЎndolo al suelo.

Ambos caemos con fuerza, la lancha se mueve salvajemente. Veo a Logan por el rabillo de mi ojo, encima de otro sujeto, golpeГЎndolo con fuerza y lanzГЎndolo por la borda.

Hemos detenido a dos de ellos.В  Pero un tercero corre hacia nosotros. Al que derribГ© me da vueltas y me arrincona. EstГЎ encima de mГ­ y Г©l es fuerte. Llega por la espalda y me golpea con fuerza en la cara, y siento una punzada en mi mejilla.

Pienso rГЎpidamente: levanto una rodilla con fuerza y lo golpeo entre sus piernas.

Es un golpe perfecto.В  Gime y cae y al hacerlo, llego por la espalda y le doy un fuerte codazo en la cara.В  Se oye un crujido cuando le rompo el pГіmulo y Г©l se derrumba en la lancha.

Lo lanzo por la borda al agua.В  Fue un movimiento estГєpido.В  DebГ­ haberlo despojado de sus armas primero.В  El barco se balancea violentamente mientras su cuerpo se hunde.

Ahora me dirijo al Гєltimo, al mismo tiempo que Logan.

Pero ninguno de los dos somos lo suficientemente rГЎpidos.В  Г‰l pasa corriendo ante nosotros y por alguna razГіn, ataca primero a Bree.

PenГ©lope salta en el aire, y gruГ±endo, encaja sus dientes en su muГ±eca.

Г‰l la sacude como si fuera un muГ±eco de trapo, tratando de quitarla. PenГ©lope se aferra, pero finalmente le da una violenta sacudida y la envГ­a volando a travГ©s de la lancha.

Antes de que pueda alcanzarlo, estГЎ a punto de descender sobre Bree.В  Mi corazГіn se detiene cuando me doy cuenta de que no voy a llegar a tiempo.

Rose salta para salvar a Bree y se interpone al ataque del hombre. Г‰l levanta a Rose y hunde sus dientes en su brazo.

Rose deja escapar un grito escalofriante, mientras Г©l rasga su carne con los dientes. Es una escena nauseabunda, horrible, que se alojarГЎ en mi mente para siempre.

El hombre se inclina hacia atrás y está a punto de morderla nuevamente—pero esta vez lo atrapo a tiempo.  Saco el cuchillo que tengo en mi bolsillo, tomo puntería y me preparo para lanzarlo.

Pero antes de hacerlo, Logan se acerca, apunta con su pistola y dispara.

La sangre salpica por todos lados, mientras dispara al hombre en la parte posterior de la cabeza.В  Г‰l se derrumba en la lancha y Logan se adelanta y lanza su cadГЎver por la borda.

Corro hacia Rose, quien grita histГ©ricamente, sin saber cГіmo consolarla.В  Arranco una tira de mi blusa y la envuelvo alrededor de su brazo que sangra profusamente, tratando de contener la sangre lo mejor que puedo.

Detecto movimiento por el rabillo de mi ojo, y me doy cuenta de que un Loco ha arrinconado a Ben en el muelle. Г‰l se inclina hacia atrГЎs, a punto de morder el cuello de Ben. Giro y lanzo mi cuchillo.В  Vuela dando vueltas y se aloja en la parte posterior del cuello del hombre. Su cuerpo no se mueve, mientras se desploma sobre el suelo.

Ben se incorpora, aturdido.

“¡Regresen a la lancha!”, grita Logan. “¡AHORA!”

Oigo la furia en la voz de Logan, y tambiГ©n la siento. Ben estaba de guardia y se durmiГі.В  Nos dejГі vulnerables al ataque.

Ben sube tambaleando a la lancha y al hacerlo, Logan llega con su cuchillo y corta la cuerda.В  Mientras, me hago cargo de Rose, quien grita en mis brazos, y Logan toma el timГіn, poniendo en marcha la embarcaciГіn y oprimiendo el acelerador.

Aceleramos fuera del canal, en el amanecer.В  Hace bien en sacarnos de aquГ­.В  Esos disparos podrГ­an haber alertado a alguien; quiГ©n sabe cuГЎnto tiempo tengamos ahora.

Salimos del canal hacia la luz pГєrpura del dГ­a, dejando varios cadГЎveres flotando detrГЎs de nosotros. Nuestro refugio ha sido rГЎpidamente transformado en un lugar de horrores, y espero no verlo nunca mГЎs.

Corremos otra vez hacia el centro del rГ­o Hudson; la lancha se bambolea mientras Logan acelera.В  Estoy en guardia, buscando por todos lados una seГ±al de los tratantes de esclavos.В  Si estГЎn cerca de nosotros, no hay ningГєn lugar dГіnde escondernos:В  los sonidos de los disparos, los gritos de Rose y de un motor rugiendo, no nos hacen pasar inadvertidos.

Rezo porque en algГєn momento de la noche regresen a buscarnos y estГ©n mГЎs al sur que nosotros; si es asГ­, estГЎn en algГєn lugar detrГЎs de nosotros.В  Si no, vamos a encontrarnos con ellos.

Si realmente tenemos suerte, se dieron por vencidos y dieron vuelta dirigiГ©ndose hacia Manhattan.В  Pero lo dudo.В  Nunca hemos sido tan afortunados.

Como esos Locos.В  Fue un golpe de mala suerte estacionarnos allГЎ.В  He oГ­do rumores de grupos depredadores de Locos que se volvieron canГ­bales, que sobreviven por el consumo de los demГЎs, pero nunca lo creГ­.В  TodavГ­a me cuesta trabajo creer que es verdad.

Sujeto a Rose con fuerza, la sangre se filtra a través de la herida, en mi mano; estoy meciéndola, tratando de consolarla. Su vendaje improvisado ya está rojo, así que rasgo otro pedazo de mi bllusa, exponiendo mi estómago al frío congelante, y reemplazo su vendaje.  No es nada higiénico, pero es mejor que nada, y tengo que contener la sangre de alguna manera. Me gustaría tener medicamentos, antibióticos o al menos analgésicos—lo que sea que pudiera darle. Al quitar el vendaje empapado, veo el trozo de carne que falta en su brazo y miro a otro lado, tratando de no pensar en el dolor que debe estar pasando. Es horrible.

PenГ©lope se sienta en su regazo, gimiendo, mirГЎndola, claramente queriendo ayudar tambiГ©n.В  Bree parece estar traumatizada, una vez mГЎs, de la mano de Rose, tratando de acallar sus gritos.В  Pero ella estГЎ inconsolable.

Desearía desesperadamente tener un tranquilizante—lo que fuera. Y entonces, de repente, me acuerdo. La botella de champaña que dejamos a la mitad.  Corro al frente de la lancha, lo sujeto y corro de regreso hacia ella.

“Bebe esto”, le digo.

Rose llora histГ©ricamente, gritando en agonГ­a, y ni siquiera me toma en cuenta.

Lo acerco a sus labios y la obligo a beber.В  Casi se ahoga con ella, derramando un poco, pero la bebe.

“Por favor, Rose, bebe. Esto te ayudará”.

La acerco nuevamente a su boca, y entre sus gemidos toma unos sorbos mГЎs.В  Me siento mal por dar alcohol a una niГ±a, pero espero que eso la ayude a mitigar su dolor; no sГ© quГ© mГЎs hacer.

“Encontré pastillas”, dice una voz.

Volteo a ver a Ben, ahГ­ parado, pareciendo alerta, por primera vez.В  El ataque, lo que le sucediГі a Rose, debe haberlo hecho reaccionar, tal vez porque se siente culpable por quedarse dormido en la guardia.В  EstГЎ ahГ­, de pie, sosteniendo un pequeГ±o contenedor de pГ­ldoras.

Lo tomo y lo examino.

“Lo encontré dentro del compartimento”, dice. “No sé qué sea”.

Leo la etiqueta: Ambien. PГ­ldoras para dormir.В  Los tratantes de esclavos deben haber guardado esto para ayudarlos a dormir. La ironГ­a de esto: ahГ­ estГЎn ellos, manteniendo a los demГЎs despiertos toda la noche, y guardando pГ­ldoras para dormir para ellos mismos. Pero para Rose, esto es perfecto, justamente lo que necesitГЎbamos.

No sГ© cuГЎntas darle, pero necesito calmarla.В  Le doy nuevamente la champaГ±a, asegurГЎndome de que la trague, y despuГ©s le doy dos pastillas.В  Guardo el resto en mi bolsillo, para que no se pierdan, y despuГ©s mantengo una estrecha vigilancia sobre Rose.

En cuestiГіn de minutos, la bebida y las pastillas empiezan a surtir efecto.В  Poco a poco, sus gemidos se convierten en lloriqueos, y despuГ©s se amortiguan.В  Tras veinte minutos, sus ojos se empiezan a cerrar, y se queda dormida en mis brazos.

Le doy otros diez minutos, para asegurarme de que estГЎ dormida, y despuГ©s miro a Bree.

“¿La puedes sostener?”, le pregunto.

Bree corre a mi lado y poco a poco me levanto y pongo a Rose en sus brazos.

Me levanto, mis piernas estГЎn acalambradas, y camino al frente de la lancha, junto a Logan.В  Continuamos corriendo rГ­o arriba, hay un claro en las nubes, y cuando miro hacia el agua, no me gusta lo que veo.

PequeГ±os trozos de hielo empiezan a formarse en el rГ­o Hudson en esta maГ±ana congelada. Oigo un sonido metГЎlico en la lancha. Es lo Гєltimo que necesitamos.

Pero eso me da una idea.В  Me inclino sobre el barco, el agua rocГ­a mi cara, y pongo mis manos en el agua congelada. Es doloroso al tacto, pero obligo a mi mano a seguir asГ­, tratando de sujetar un pequeГ±o pedazo de hielo a medida que avanzamos.В  Pero vamos demasiado rГЎpido, y es difГ­cil sujetar uno. Sigo fallando por escasos centГ­metros.

Finalmente, despuГ©s de un minuto de agonГ­a, atrapo uno.В  Levanto la mano, temblando de frГ­o,В  corro y se lo doy a Bree.

Ella lo toma, atГіnita.

“Sostén esto”, le digo.

Regreso y tomo otra venda, la que estГЎ llena de sangre, y la envuelvo en el hielo.В  Se la paso a Bree.

“Ponla sobre su herida”.

Espero que le ayude a adormecer su dolor, y tal vez a detener la inflamaciГіn.

Regreso mi atenciГіn hacia el rГ­o y miro alrededor, por todos lados, mientras la maГ±ana se vuelve cada vez mГЎs brillante. Vamos acelerados, cada vez mГЎs al norte y me siento aliviada al no ver seГ±ales de los tratantes de esclavos por ningГєn lado. No escucho motores ni detecto movimiento alguno en ambos lados del rГ­o. De hecho, el silencio es mal agГјero. ВїNos estГЎn esperando?

Voy en el asiento del pasajero, al lado de Logan, y miro hacia el indicador de combustible. Menos de un cuarto.В  Esto no es un buen presagio.

“Tal vez ya se fueron”, me atrevo a decir. “Tal vez regresaron, dejaron la búsqueda”.

“No cuentes con eso”, dice él.

Como si fuera una seГ±al, de repente, escucho el rugido de un motor. Mi corazГіn se detiene.В  Es un sonido que reconocerГ­a en cualquier parte del mundo: su motor.

Me dirijo hacia la parte posterior de la lancha y veo al horizonte: efectivamente, ahГ­, como a kilГіmetro y medio de distancia, estГЎn los tratantes de esclavos.В  Corren hacia nosotros. Los veo venir, sintiГ©ndome desamparada. Ya casi no tenemos municiones, y ellos estГЎn bien equipados y bien tripulados, con toneladas de armas y municiones.В  No tenemos ninguna oportunidad, si peleamos contra ellos, y no tenemos la oportunidad de correr mГЎs rГЎpido: ya se estГЎn acercando.В  Ni podemos tratar de ocultarnos otra vez.

No tenemos otra opciГіn mas que enfrentarlos. Y serГ­a una batalla perdida.В  Es una sentencia de muerte que corre hacia nosotros en el horizonte.

“¡Tal vez deberíamos rendirnos!” grita Ben, viendo hacia atrás, aterrado.

“Nunca”, le digo.

No me puedo imaginar convertida en prisionera nuevamente.

“Si caigo, será como hombre muerto”, dice Logan.

Trato de pensar, buscando una soluciГіn en mi mente.

“¿No puedes ir más rápido?”, presiono a Logan, mientras los veo cerrando la brecha.

“¡Voy tan rápido como puedo!”, dice gritando, por encima del rugido del motor.

No sГ© quГ© mГЎs hacer.В  Me siento impotente.В  Rose estГЎ despierta, gimiendo otra vez y PenГ©lope ladra. Siento que el mundo se me cierra. Si no pienso en algo rГЎpidamente y se me ocurre alguna soluciГіn, estaremos muertos en cuestiГіn de minutos.

Exploro la lancha, en busca de armas, o lo que sea que pueda usar.




Конец ознакомительного фрагмента.


Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию (https://www.litres.ru/pages/biblio_book/?art=43691711) на ЛитРес.

Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.



Если текст книги отсутствует, перейдите по ссылке

Возможные причины отсутствия книги:
1. Книга снята с продаж по просьбе правообладателя
2. Книга ещё не поступила в продажу и пока недоступна для чтения

Навигация